El Málaga se sitúa en el tercer puesto gracias a una asequible victoria en La Rosaleda ante un Racing que mucho ha de cambiar si quiere eludir la quema. Los de Pellegrini, con un jugador más desde el tercer minuto de juego, se mostraron especialmente activos y ordenados pero poco incisivos, y los tantos de Isco, Cazorla y Van Nistelrooy fueron pocos en base a la ingente cantidad de ocasiones generada.
Terceros. Suena de puta madre. Bien es cierto que el rival que auspició la consecución de tal posición en la tabla apenas fue un leve espectro de lo que ha de ser un equipo de primera división, denotando una falta de recursos que bien evidencian su execrable posición liguera, pero también es cierto que el Málaga hasta ese lugar por méritos propios más que suficientes.
El aplaudido juego de toque del Málaga, con el que se ha colocado en el primer puesto de la liga de los “terrenales”, parece elegir un modus operandi cuasi arácnido. Los blanquiazules han imbuido perfectamente las premisas del Ingeniero, que los empuja a tejer y retejer una tupida red de juego, elaborada por y para el control del esférico, al que se le da un sobresaliente trato. En ella, cualquier rival parece quedar atrapado, maniatado, obnubilado ante el hipnótico juego de toque malaguista… Como esperando el aguijonazo de gracia. Pero cuando el aguijón tiene cabeza de Rondón o de “Papelito” el resultado bien se hace esperar.
El partido estuvo dominado de pe a pa por los blanquiazules, que no hallaron sino facilidades desde que empezó el encuentro. El Málaga salió en tromba hacia la portería cántabra desde el pitido inicial y, consecuencia de ese ímpetu inicial y gracias una genial jugada trenzada en la media punta, Rondón provocó un flagrante penalti de Francis que, al ser el último defensor, fue irremediablemente expulsado después de apenas tres minutos de choque. Si la diferencia entre ambos equipos se presuponía abismal antes de empezar, con noventa minutos por delante y con un jugador menos, la gesta se intuía imposible para los de Cerbera.
La expulsión pues, sirvió de acicate para equipo y estadio, y pese a que Cazorla falló el citado penal, la afición llevó en volandas a un Málaga que llevaba el cántaro una y otra vez a la fuente racinguista. Tan sólo el poste o la genial actuación del guardameta Mario Fernández consiguieron postergar la llegada de la primera estocada malaguista, obra de Isco. Si ayer los blanquiazules habían de doctorarse en casa ante un rival menor en pos de una plaza de privilegio, el de Benalmádena ayer lo hizo cum laude.
Pocos albergaran duda alguna a estas alturas sobre la convenencia de haber pagado seis millones por un chaval que apenas había demostrado nada. Partido a partido viene demostrando una solvencia, una calidad técnica, un desparapajo y un saber estar impropios de alguien de su edad. Si sigue explotando esas cualidades, el Málaga puede congratularse por tener en su plantilla uno de los mayores talentos del panorama futbolístico actual.
Del 22 del Málaga fue el primer gol de la tarde, pasada media hora de encuentro. El malagueño, desde el lateral izquierdo del área visitante, se acomodó el balón en su pierna buena para conectar un preciso toque que pondría el balón en la escuadra derecha de la portería santanderina, haciendo inútil cualquier posible estirada del portero.
Este tanto acabaría de erradicar cualquier atisbo de esperanza blanquiverde, pero los de Martiricos volverían a ahogarse en la busqueda de un gol que sentenciara el partido. Una jornada más, se muestran las carencias operativas de los estiletes ofensivos malaguistas, que parecen estar un grado por debajo del nivel de la plantilla. Pelean, sí, los que más, pero no es comprensible que en el tercer clasificado de la liga juegue un tío como Seba Fernández. Y esto le dolerá al que le duela, pero para jugar en un club que aspira a puestos europeos se requiere algo de gol (al menos si eres delantero). O técnica.. ¡que se yo! ¿cuándo sería la última vez que se fue de un rival el uruguayo?… Muy simpático, muy chiquitín, mucho carisma, muchos cojones, buen trabajo horadando huecos en la defensas ajenas… pero lo que es fútbol… poquito.
Así pues, entre ambos fueron acumulando errores en sus repletos casilleros de pifiazos hasta que llegara el segundo tanto malaguista, una preciosa jugada de tiralíneas en la que Maresca habilitó con un incisivo pase a un Cazorla que, a placer y en el área chica, resolvió bajo las piernas de un Sotres que había sustituido al lesionado Mario.
Como el Racing no tenía ni ganas ni fuerzas de remontar, el resto del choque se vivió como una fiesta en la grada. Isco, Cazorla y Maresca formaron un amenazante triángulo ofensivo que hizo las delicias de los hinchas, combinando de una manera deliciosa en la línea de tres cuartos y llevando al equipo malaguista a aglutinar más de un 70% de la posesión de balón. De los entrelazados tejidos de la mediapunta malaguista nacería el último gol, que pondría el definitivo 3 a 0 en el marcador. En él, Duda fue habilitado desde el carril del 10 para que con un exacto centro conectara desde la banda izquierda con la cabeza de un defenestrado Ruud (el pobre no da para más), que también quiso reclamar su parte del pastel.
Con esta victoria, los de Martiricos se sitúan en solitario en la tercera posición, con 50 puntos y dependiendo de sí mismos para entrar en la mejor competición de fútbol del mundo. Si acabara hoy el campeonato, los de Pellegrini obtendrían una plaza por derecho propio en Champions, sin necesidad de engorrosas eliminatorias en agosto. Al Málaga le tocará defender tal puesto de privilegio en el Madrigal, el jueves y ante un Villarreal necesitado que siente demasiado cerca el tufo de la segunda división.
¡Afílense, aguijones, se presupone ardua la contienda!
El Racing sirve el tercer puesto en bandeja de plata (3-0),
