Desde el jueves hasta el sábado pasado y en pleno centro de Málaga, la asociación estudiantil Empyria sacó la ciencia a la calle, sin ningún tipo de incidencias, ayudándose de un stand para continuar con su misión divulgativa.
El colectivo divulgativo por excelencia de la Universidad de Málaga está fuera del juego de tronos de las asociaciones. Lejos de la colocación de microondas en las distintas facultades, la celebración de barriladas o las trifulcas con miembros de otras agrupaciones por la red social Twitter, Empyria -tal y como sus integrantes claman orgullosos en su página web- se ocupa del fomento de la cultura científica y del pensamiento crítico. Y de gelificar huevos y observar moluscos, pues también.
En la calle Larios, muy cerca de la Plaza de la Constitución, el stand que establecieron los chicos y chicas de Empyria desde el jueves hasta el sábado ha estado atrayendo a multitud de curiosos, interesados en la ciencia y señores que pensaban que repartían comida gratis. Este último caso es el de Francisco Vicén. “Éstos decían que estaban dando algo de comer y me he encontrado con esto”, dijo el anciano, refiriéndose a los amigos con los que paseaba. “Deberían de salir más para que todo el mundo supiese lo que son las cosas, que no lo sabemos. Yo no he pisado la escuela”, aseguraba mientras alzaba levemente su bastón. Durante las jornadas, que se prolongaron desde las diez y media de la mañana hasta las ocho y media de la noche, aproximadamente, la “práctica totalidad” de miembros de Empyria se turnaron para emprender una misión: sacar la ciencia a la calle. Y hacerlo bajo el amparo del Ayuntamiento de Málaga, para tener ventaja en cuanto a la competencia con las estatuas vivientes de la principal vía peatonal malagueña.
Desde una pata de una cucaracha que produce información eléctrica al conectarla a un amplificador y estimularla con un palo hasta instrucciones para extraer una muestra de tu ADN en casa. El stand titulado ‘¡Ciencia para todos!’ contó con experimentos sencillos de explicar que pueden atraer a mucha gente este campo del saber, según creen los miembros de Empyria. “La gente no suele conocer los museos de ciencia, pero si vas al paso más transcurrido de Málaga y pones la materia delante de sus narices demostrando que es algo curioso, fácil y útil quizás podrían cambiar las cosas”, explica Carlos Vivar, miembro de la asociación . “Pretendemos cambiar la idea de la ciencia en los malagueños”, sentencia, mientras continúa golpeando la pata de la cucaracha con un delgado y largo palo de madera. Marina Guadix, estudiante de Publicidad y Relaciones Públicas, acudió el sábado por la tarde a ver el stand con su hermano de doce años. “Me gusta porque muchísimas familias con niños se acercan y ellos escuchan hablar de ciencia con atención”, cuenta. “¡Y se divierten!”, añade apresuradamente.
Pero los chicos y chicas de Empyria no han estado solos en esto. El malagueño centro de ciencias Principia, la plataforma cibernética de divulgación Hablando de Ciencia y el granadino colegio CUME han participado junto a Empyria en el stand. La colaboración del área de Juventud del Ayuntamiento de Málaga también ha sido determinante. “La idea les encantó desde el primer momento, pero ha tardado tres meses en gestarse”, cuenta Vivar. “Preferíamos la Plaza de la Constitución para ubicar el stand, pero por razones de obras públicas no ha podido ser”. Sin embargo, fuentes institucionales han revelado a este medio que ciertos políticos temían el asentamiento en la céntrica plaza de un híbrido entre científicos y perroflautas imposible de combatir.
La asociación -cuyos componentes estudian carreras universitarias tan dispares como Biología, Ingeniería Química, Enfermería, Psicología, Filología y Filosofía-, ya ha organizado su siguiente actividad para gobernar el mundo. La Feria Cultural de la Facultad de Ciencias tendrá lugar entre los días 11 y 14 de noviembre y consistirá en realizar acciones de divulgación similares a la que trata este artículo, además de dos concursos. Uno se basará en explicar fenómenos científicos de la forma más didáctica y clara posible, y en el otro se premiará a la canción científica inventada más original. La posible invitación ilustre a Flipy todavía se está barajando.
"Decían que estaban dando algo de comer y me he encontrado con esto",
Acerca de Isabel Bellido
Choni letrada. Último curso de Periodismo en la UMA. Escribo en La Taberna Global y en El Observador, y llevo dos veranos juntando letras también en Diario SUR. Aunque allí soy un poco más formal.