El Gobierno de España por fin se ha decidido a anunciar las cantidades que destinará a sus alumnos de Erasmus. Del máximo de 300 euros al que se aspiraba –150 si no eres becario– la cosa se ha quedado en 180 para los unos y 100 para los otros, poco más de la mitad de lo que se esperaba.
Grosso modo, un becario del Ministerio de Educación –se supone que, por su condición de becario, se halla en una posición económica más desfavorable– podrá recibir un máximo de 485 euros mensuales si reside en un país A (Suecia, Suiza, Holanda…) y un mínimo de 335 si estudia en uno de tipo D (Polonia, Hungría, Letonia…). En el curso 2011/2012, las instituciones otorgaban 900 euros independientemente del país al que viajaran. En el caso de los no becarios, la partida oscila entre 510 y 310 por los 600 del pasado año.
La reducción global es del 47%–64% para los becarios y del 15%–48% para los no becarios. Casi nada.
Recibirá, por tanto, una mayor subvención un alumno no becario en Grecia que otro que sí lo es en Dinamarca, cuando el nivel de vida resulta hasta un 133% más caro en el país escandinavo en índices como el del alquiler, según la web especializada Numbeo.
El problema de esta distribución tan desigual radica principalmente en la simple y defectuosa distinción entre becario/no becario que hacen las instituciones y el injusto y casi absurdo determinación de la Junta en compensar a todos por igual –pues concede una mayor suma a los no becarios para compensar lo que no abona el Ministerio– cuando el poder adquisitivo nunca es el mismo.
No quiere decir esto que los no becarios no merezcan recibir un importe de las instituciones, pero ¿se debe remunerar igual a un estudiante con ingresos familiares de 30.000 euros anuales que a uno con 100.000 sólo por el mero hecho de que ninguno es becario? ¿Debe recibir más el mismo de 100.000 que un becario con 15.000 de renta familiar sólo por no “segregar” o “discriminar”, como se suele argumentar?
Hace falta una reforma urgente del sistema de becas –por no hablar del gran número de fraudes que se cometen, que es otro tema– y conseguir un reparto más justo y equitativo, con más tramos, para que cualquier estudiante pueda salir de Erasmus y disfrutar de las mismas posibilidades. O al menos parecidas.
Erasmus y el inexplicable sistema de becas,Acerca de Manolo García
Fui becario en SUR para ganar experiencia y poder trabajar aquí. Ahora mismo no tengo novia, y estaría interesado tanto en una relación seria como en algo esporádico. Mis opiniones no me representan a mí, sino a otra persona. Ahora mismo tengo llamadas entrantes gratis.