Te pones a revisar la hemeroteca porque un grupo de chavales de Comunicación Audiovisual se queja de su profe y acabas leyendo que hace 20 años tuvo un problema similar en la Universidad de Sevilla. La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida.
“Estamos indefensos”. Los chicos de tercero de Comunicación Audiovisual califican así su situación en las asignaturas Realización Audiovisual y Postproducción y Ambientación Sonora, impartidas por el mismo profesor, Salvador Santana. Desde abril llevan batallando en todos los frentes para conseguir un cambio de docente. Y por ahora están perdiendo varias batallas, aunque la guerra aún está latente. En un escrito a los medios de comunicación, los alumnos del profesor Santana, del departamento de Comunicación Audiovisual y Publicidad de la Facultad de Ciencias de la Comunicación, lo ponen fino. No se cortan, no: “Incapacidad para comunicarse con sus alumnos”, “escaso dominio de las materias“, “metodología inadecuada”… según sus pupilos, Salvador Santana lo hace todo mal en sus clases. Pero, lejos de conseguir un cambio de profesor en esas materias o algún tipo de medida por parte de las altas instancias de la UMA, siguen igual que antes. Y con cerca de un 80% de suspensos.
Precisamente es el examen de la asignatura de Realización Audiovisual una de las claves del conflicto. El docente ofreció el mismo examen a los que, según las opciones planteadas, asistieron a sólo la teoría, sólo la práctica o a la teoría y la práctica. Con las mismas preguntas, por lo que, según los estudiantes, se creaba una situación de total injusticia al acceder al mismo sistema de evaluación con esfuerzos y trabajo dispar. Uno de los alumnos afectados, que prefiere guardar el anonimato, nos explica que el examen era absolutamente teórico para una asignatura “tan práctica como es Realización. Ni una pregunta sobre los tipos de planos, por ejemplo”. Además, consideran que las preguntas estaban mal formuladas y eran ambiguas. “Nos ponía una pregunta para las que había tres opciones, A, B y C. Y creemos que las tres eran incorrectas“.
Los chicos insisten en el que el problema no es el alto nivel de suspensos, sino que, según su criterio, “no han aprendido nada“, ya que, además de estos problemas, el temario no les aportaba nada nuevo que no hubieran estudiado en otros cursos. Decididos a tomar medidas, subieron al despacho de Salvador, y tras quemar el despacho y la facultad entera con cerca de quinientas personas en total estado de incineración y esta frase que me acabo de inventar, remitieron un escrito a la Comisión de Ordenación Académica del centro, el decano de CCCOM y el director del departamento. Los dos últimos no pueden hacer nada -“sólo hablar con él, y no ha tenido ningún resultado”, nos confirman-, y la COA puede hacer cosas pero no quiere. La Comisión decidió desestimar el caso. Y todas las reuniones con “altos cargos de la UMA” se resumen en lo siguiente, según los chicos: “Este es un sistema tremendamente burocrático y no podemos hacer más”. A pesar de que, según los alumnos, profesores de CCCOM les han trasladado su apoyo y su malestar por la actitud de Santana.
“Bueno, un profesor que según sus alumnos es un incompetente. Nada nuevo”, pensará el lector. Pero el tema se pone interesante cuando uno accede a la hemeroteca puesta a disposición de los alumnos que se quejan y encuentra esto. Salvador Santana ya tuvo problemas con otros alumnos, hace 20 años y en otra Universidad. Y la cosa se puso mucho más seria por entonces. El martes 7 de junio de 1994, ABC de Sevilla recogía entre sus páginas que los alumnos de quinto de Audiovisuales se negaban a graduarse en queja de Santana, que por entonces daba clases en la Universidad de Sevilla. Y no porque les diera mal clase, que, según ellos, también. Salvador Santana les denunció en el juzgado de guardia por injurias. Toma jeroma. ¿Que te quejas? Al juzgado que vas. El rector, Medina Precioso, que como podemos ver en las caricaturas que hacían hace 20 años en los periódicos porque aún no había cámaras era realmente Precioso, incluso intercedió en favor de los alumnos. “No es razonable que un conflicto universitario se traslade a la vía judicial“, aseguró por entonces. Hoy, en 2014, la historia se repite. Los alumnos de la Universidad de Sevilla aseguraban que el profesor “no alcanza los mínimos de calidad exigibles en esta carrera”. Los de la UMA están completamente de acuerdo.
Hemos subido a su despacho y Santana se niega a defenderse de las acusaciones. Argumenta que todo lo que tiene que decir está en el escrito de siete páginas que remitió a la Comisión de Ordenación Académica y que fue incluido en un informe al que no hemos tenido acceso. Y además, asegura que “nadie en mi clase se quejó de mí. Nadie, nunca”. Mientras tanto, los estudiantes de tercero del grado en Comunicación Audiovisual tienen mañana una reunión con el Defensor Universitario para exponer su caso. No están dispuestos a parar porque, según argumentan, el tema les afecta no sólo académica sino personal e incluso emocionalmente, al ver lastrados muchos de ellos su nota media o su posibilidad de acceder a becas. Este caso no es la primera queja sobre la docencia que se hace pública en la UMA. Estudiantes de Pedagogía tuvieron un problema similar, y son conocidas las dudas sobre la eficacia de las encuestas sobre la calidad de la docencia. Nosotros, como medio responsable, sólo podemos alertar de que, según los antecedentes, Santana se personará en alguna universidad andaluza en 2034, te pondrá un examen con una pregunta de A, B, C y no sabrás contestar. No sabrás contestar. Si tienes un hijo de un año, huye. Aunque no podrás hacer nada. Te encontrará.
Un profe de Audiovisuales tiene movidas... otra vez, 20 años después... en otra Universidad,
Acerca de Javi Skan
Anarcosindicalista. Igualdad, fraternidad y socialismo. Me duele la cara de ser tan GRAPO. ¡Venceremos! No, es broma. Dirijo este medio mientras hago como que me intereso en mi último año de Periodismo en la UMA. Vuestras opiniones me parecen una mierda.