20 años no son nada, como dice la canción, o como dice cualquier póser cuando algo cumple 20 años. Este 2013 es el turno de la Facultad de Ciencias de Comunicación, que celebró el pasado martes su vigésimo aniversario por todo lo alto: autoridades, agua en botellas de cristal y medias de rejilla.
TEXTO: Leo Rama | FOTOS: Isabel Vargas, Leo Rama
Para la ocasión, y en un intento de olvidar los 39 millones de recorte presupuestario para la UMA este año, la facultad no ha escatimado en gastos. La cafetería reservaba su faceta más glamurosa para tan especial fecha. Una treintena de botellas de agua de cristal esperaban a los comensales VIP –con miles de anécdotas a sus espaldas- que asistieron al acto, según ha podido saber este redactor. Pero todo después de aguantar las tres horas de homenaje capaces de adormilar a alguno de los allí presentes. Verídico.
El acto multitudinario, al que no fue casi nadie, estuvo plagado de aplausos, recuerdos y alguna lágrima. El homenaje al PAS, las alusiones al antiguo edificio Martiricos y el ir y venir de antiguos decanos y rectores –Bernardo Díaz Nosty, Miguel de Aguilera y José María Martín Delgado- fueron capaces de ablandar los corazones más duros.
Pero sin lugar a dudas, la intervención más emotiva fue la de David Javier García Ostos, director general de comunicación social de la Consejería de Presidencia e Igualdad de la Junta, que pronunció un discurso casi catártico en defensa de la universidad pública y en contra de los recortes en educación. Haciendo como que la Junta no debe 100 millones de euros a la UMA solo desde 2011, Ostos tomó como referente el modelo finlandés, en el que hay tres universidades por millón de habitantes, frente al español, en el que hay una por cada millón.
La ceremonia, como no podía ser de otra manera, contó también con la intervención del decano Juan Antonio García Galindo: “Me he saltado el protocolo y no he saludado a la rectora”. Comenzaba así su discurso, jactándose de su falta de educación. El máximo cargo de la facultad aprovechó para cargar contra el paro en el sector de la comunicación: “Esa lacra no deja de ser una paradoja en una sociedad que se define a sí misma como sociedad de la información o del conocimiento”.
Tampoco faltó en la mesa de autoridades el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, que hizo un discurso pobre y se marchó follado por motivos de agenda. Paco no se atrevió a repetir sus declaraciones en Nueva York, que molestaron a la rectora, pero que ahora todo está bien y no pasa nada. Porque lo siente, se ha equivocado y no volverá a ocurrir. Paco, prudente; Adelaida, maja. “Felicidades a todos porque lo habéis hecho muy bien”, dijo De La Calle, ataviada correctamente para la ocasión.
Porque 20 años dan para mucho. La Facultad de Comunicación ha cambiado de nombre –no es lo mismo comunicar que informar, y ya sabemos cómo se las gastan los publicistas- y de ubicación. Pero su espíritu sigue sin cambiar. No mucho. Muestra de ello fue un vídeo que realizaron los técnicos de la facultad, proyectado al final del acto: un recorrido por la historia de Ciencias de la Comunicación, rescatando fotografías antiguas en las que Agustín Rivera tenía pelo.
Acerca de Leo Rama
Corresponsal de La Taberna Global en Madagascar, entre otros muchos enclaves.
