El Málaga araña de su visita a Pamplona un punto que deja sensaciones contrastadas. Los de Pellegrini asumieron el papel de favoritos y aglutinaron la mayor parte de las ocasiones sobre el anegado césped del Reyno de Navarra, pero los postes se encargaron de aguar (aún más) las esperanzas blanquiazules. Nino adelantó a los rojillos con el beneplácito de la zaga visitante, pero Cazorla se erigió de nuevo en el salvador malaguista conectando un exquisito derechazo que, lamiendo el poste, acabaría significando el empate.
Un punto que sabe a poco o que sabe a mucho. La ambivalencia de tal punto radica en la utilidad práctica del mismo. Si tenemos en cuenta el escaso bagaje malaguista en los tres partidos anteriores, ante rivales de menor entidad y con la mente siempre puesta en la clasificación para “Champions”, el resultado fue un fiasco. Más aún si tenemos en cuenta que el Málaga llegó con peligro más que suficiente y que la mayoría de sus rivales habían obtenido los tres puntos esta pasada jornada. Volvieron a empatar un partido que tuvieron más cerca que lejos.
A pesar de todas estas contrariedades, Pellegrini salió ayer del estadio con la satisfacción del deber semi-cumplido. Lo hizo, primeramente, porque cuando el Málaga encajó el gol entró en una fase de ansiedad y anarquía que vislumbraba un resultado bastante más funesto que el finalmente obtenido. Tan solo la genialidad de Cazorla pudo cambiar el sino de un partido feo, trabado y especialmente afectado por la arbitrariedad de los elementos. El barrizal pamplonica asimilaba un estanque de arenas movedizas, donde el vistoso juego blanquiazul quedaría ahogado durante una gran parte del encuentro.
Por eso la satisfacción del chileno en rueda de prensa. Porque aunque no se pudo llevar a cabo la Re-Reconqista “mora” del Reyno de Navarra, sus chicos arañaron un punto de un difícil feudo pese a tener todo en contra. Si los jugadores a veces no pueden ni luchar contra su apatía, ayer lo tuvieron que hacer además contra una afición entregada, los palos y los elementos… Por todo lo relatado, la nimiedad de este punto en cualquier otra situación temporal o espacial contrasta con la vital trascendencia del mismo en lugares como éste. Es un punto que (aún) sabe a Champions.
Cazorla marca la diferencia ante Osasuna (1-1),
