En la entrada de la Facultad de Ciencias de la Educación no había tijeras, ni pegamento, ni exhibiciones teatrales, ni cartulinas. Ayer, dejaron espacio para cuatro altavoces, un micrófono y un manifiesto. Tocaba indignarse.
Aproximadamente 300 personas se aglutinaron en contra de los recortes en educación que acontecen actualmente en toda España. José Francisco Murillo, Decano de la Facultad de Ciencias de la Educación, era el protagonista de un escenario improvisado. Leyó en cuatro minutos un manifiesto perroflautero en defensa de la Educación pública en las enseñanzas universitarias y no universitarias, aceptado de forma unánime por todos los componentes de la Junta de la Facultad. Ratifican que “la inversión en educación no puede contemplarse como un gasto opcional” y solicitan la revocación del Real Decreto 20/2011 de 30 de diciembre (en el que el Partido Popular se quedó a gusto). Asimismo, instan a las “autoridades competentes” que “defiendan con hechos y no sólo con palabras el derecho a la mejor educación posible”. Tras el discurso, la explanada quedó vacía, momento en el que pude escuchar tras los matorrales el sonido inherente de un walkie talkie: “vía libre para los cartabones y los rotuladores crayola, corto y cambio”.
José Francisco Murillo ante el micrófono en la entrada de la facultad
“Los políticos se preocupan de generar mejoras en los mercados, olvidando la educación”, declaró Francisco Murillo a La Taberna Global. La suspensión de la contratación de nuevo profesorado, el aumento de la ratio de alumnos de primaria y secundaria o la derogación del modelo de escuela 2.0, son algunos de los efectos de los tijeretazos y algunas de las causas de la indignación. Miguel Sola, Secretario del Decanato, mostró gran preocupación al saber que los críos de ocho años no iban a tener un laptop verdoso (con el que disfrutar constantemente de la cultura, la formación e instrucción que proporciona la red social Tuenti).
También, les inquieta la posibilidad de que la inversión privada entre en la UMA, lo que haría “peligrar el sistema educativo”. Y destacan la imposibilidad del funcionamiento del Plan Bolonia sin una financiación apropiada. Proyecto que aboga por la reducción de alumnos por clase, la creación de los grupos reducidos y la tutorización efectiva y continuada por parte del profesorado, entre otras medidas.
¡Pero oigan! Aunque hace tres meses emitiera el Partido Popular dicho decreto, no hay motivos por el que preocuparse porque Javier Arenas recortará “en todo menos en sanidad, educación y servicios sociales” y Esperanza Oña opina que lo esencial es “aumentar la inversión en educación”. ¡Qué alivio! ¿No?
@alvarezdperea
Las cartulinas se transforman en manifiestos,
Acerca de Beatriz Álvarez
Estudiante de Periodismo en la UMA. Por poco tiempo...
