El rectificado acuerdo del Consejo de Administración de RTVE desata la polémica dentro del sector periodístico que se opone al control de su trabajo.
De nuevo el sistema político español vuelve a hacer gala de la democracia a la que últimamente tiene acostumbrado a su pueblo. A finales de septiembre nos fuimos a la cama con la noticia de que el PP gracias el apoyo de CiU y la abstención del PSOE, pactaban el control previo de la edición de noticias de los informativos de RTVE.
De esta forma, los miembros del Consejo de Administración de RTVE podrían acceder al sistema informático de edición de los telediarios iNews (red interna que utilizan los editores de los informativos de TVE para seleccionar los temas que ocupan los servicios informativos y en el que se realizan las noticias) para controlar los contenidos que posteriormente serían emitidos.
Pero no sólo esta medida les permitiría vigilar y controlar con antelación la información que aparecería en el telediario sino también titulares, entradillas, vídeos, preguntas formuladas en entrevistas o conexiones en directo, por ejemplo.
El acuerdo rápidamente generó inquietud en medios y profesionales, que temían que los periodistas estuvieran más expuestos aún a presiones políticas (no hace falta recordar el cada vez mayor auge de la figura del periodista militante).
Así, el escándalo y la polémica estuvieron servidos y se pudieron palmar de primera mano en las redes sociales, especialmente en Twitter, donde populares profesionales y personalidades de la comunicación denunciaron el pacto. La avalancha de críticas a la medida propuesta por el PP y apoyada por CiU (y también por el partido del actual Gobierno, PSOE, que con su abstención daba vía libre al acuerdo) fue desmesurada y generó rápidas reacciones de todo tipo.
El hashtag #rtvedetodos se encaramó pronto a la categoría de trending topic en otra jornada para añadir a la lista de movilizaciones en dicha red social. La gran mayoría de los comentarios denunciaban la medida por intentar la restauración de la censura previa, la cual se creía expulsada de los medios de comunicación; pues nos devuelve a un pasado, en el que la libertad de información no existía (no, no se trata de Urdaci), y que creíamos ya superado desde que en España se recuperó la democracia, esa misma que ahora está desgastada y como ausente, pero no de su uso, sino de tanto nombrarla.
Pero no sólo en las redes sociales encontramos la oposición a esta medida, la audiencia de TVE y RNE se ha dirigido a la Defensora del Espectador de RTVE, Elena Sánchez Caballero, desde el momento en que se supo la intención del Consejo de RTVE, para expresar su rechazo a esta decisión.
Además, la FAPE se pronunció ante esta propuesta rechazando la supervisión de la radiotelevisión pública. Pues recordemos que una de las premisas de la reforma de 2006 de RTVE era asegurar el cumplimientos de los principios básicos del periodismo de objetividad, imparcialidad e independencia. Intentando abrir así una etapa que impidiera el control político de la información en la cadena pública.
Si a todo esto sumamos la repercusión internacional, ya que tanto medios británicos como norteamericanos o franceses han recogido la controversia desatada por este intento de “supervisar la información”; no es de extrañar que a las pocas horas de esta reacción los representantes de PSOE y PP tratasen de desmarcarse del acuerdo que alcanzaron sus representantes en el Consejo de Administración de RTVE; esforzándose en demostrar su rechazo a la decisión de sus propios consejeros.
¿Casualidad que en apenas dos meses se celebre las anticipadas elecciones generales? Está claro que no.
La proximidad del 20-N y la implicación personal de personalidades muy influyentes en la red junto a la repercusión mediática que ha adquirido el asunto ha acelerado que el acuerdo sea revocado de manera inmediata. De esta forma, al día siguiente, el Consejo de RTVE dio marcha atrás en su decisión mediante un comunicado.
Pero no acaban aquí las reacciones negativas a esta propuesta. Héctor Maravall, consejero de CCOO en RTVE ha dimitido de su puesto criticando en su blog la hipocresía de los medios cuyos dueños intervienen en la línea editorial, aclarando que RTVE no es su Consejo de Administración, sino los ciudadanos.
Por su parte, los profesionales de TVE, en un asamblea realizada en la redacción de informativos, se han pronunciado para exigir la dimisión de los consejeros que facilitaron (bien votando a favor o absteniéndose) este acuerdo de acceso a la edición de contenidos.
Y es ahora cuando al descontento público general se une el colectivo periodístico. Saltan las dudas, ¿qué se ha hecho mal en este sistema tan débil del Periodismo?
¿Por qué una cadena de televisión pública pagada por los impuestos de los ciudadanos de este supuesto país democrático ha de estar bajo las manos de los “políticos de turno” como si del periodo de la Restauración se tratase?
¿Qué ha llevado al papel del profesional de la información a transformar su principal cometido de control y denuncia del poder político? El juego es lo contrario; el “invento” era que los periodistas controlan a los políticos, no al revés. Pero claro, la teoría supone una utopía frente a la práctica.
¿Acaso nadie sueña con una televisión pública digna, con la que nos podamos sentir identificados; en la que los profesionales de la comunicación informen de forma neutral?, ¿nadie cree en recibir información medianamente objetiva (vale, sí, sabemos que no existe) en una televisión plural que se guíe por las necesidades de su ciudadanía y no bajo las órdenes del poder?
Ya quedaron atrás los tiempos de la censura; ya no estamos en esos años. RTVE no puede consentir eso. Sus trabajadores, usted, yo y muchos ciudadanos lo sabemos. ¿Dónde está el problema, pues? Me ahorraré la opinión. Eso sí, como dicen, “muerto el perro se acabó la rabia”, ¿no? Ustedes deciden.
Un paso atrás en la información pública,Acerca de Inmaculada Montes
Como dijo el coronel Buendía: "Aquí, esperando que pase mi entierro". La lluvia de Londres me tenía hasta el moño y me volví a Córdoba. Mi experiencia en LTG me ayudó a entrenarme para El Mundo Málaga, pero he vuelto a mis raíces.