Cuando la temporada comenzaba y el TAS decidía que el Málaga no iba a jugar la Europa League pese a haberse ganado ese derecho en el campo, sabíamos que las cosas habían cambiado. Esas noches de martes y miércoles en una Rosaleda llena frente a los Milan, Oporto o Borussia Dortmund ya habían pasado.
Los Baptista, Demichelis, Joaquín, Isco, Saviola ya eran historia. Y sobre todo Pellegrini (y su ayudante Cousillas), el chileno, artífice del mejor Málaga de toda la historia en todas sus denominaciones dejaba la capital de la Costa del Sol y ponía rumbo a Manchester a un club acorde a su nivel mostrado y aspirante a todo.
Pero todo esto se sabía, la llegada de Schuster y la salida de Husillos (ahora recién fichado para la causa) hizo que el verano en materia de fichajes fuera escaso, no llegaban refuerzos de nombre, de calidad. Los Pawlowski, Bobley Anderson y Chen son jugadores con proyección pero que requieren un tiempo de adaptación.
Durante el stage en Alemania, el ex técnico del Levante, Getafe y Real Madrid entre otros apostó por canteranos como Samu, Juanmi y Sergi Darder, que finalmente se han hecho hueco en el equipo. Sólo llegaron algunos refuerzos como Angeleri, Tissone y casi sobre el cierre del mercado El Hamdaoui que hacían que el equipo fuera algo más experto y veterano.
La temporada comenzaba, los pilares del equipo eran Willy Caballero, Weligton, Portillo y Roque Santa Cruz. Eran y debían serlo, los más experimentados, los que habían vivido el año anterior desde dentro, tenían que dar un paso adelante.
Los primeros dos partidos se perdieron por la mínima, en Mestalla contra el Valencia y en La Rosaleda frente al Barcelona. Eran resultados “lógicos” y el Málaga había dado muestras de que podía hacer algo, había confianza en el entorno. Después un 2-2 en el derbi celebrado contra el Sevilla en el Pizjuán y una victoria por 5-0 en casa ante el Rayo Vallecano, los ánimos estaban muy bien, había confianza en el equipo, 5 puntos en los siguientes 3 partidos con un valioso empate en Anoeta, pero a partir de ahí, la realidad se hizo patente, el Málaga pegó un bajón considerable.
Las dos derrotas consecutivas en casa frente a rivales directos como Osasuna y Celta (esta bastante dolorosa, con un 0-5) y la visita al Bernabéu fueron el detonante de la mala situación malaguista, dónde el técnico alemán Schuster estaba empezando a ser criticado. La victoria in extremis ante el colista, el Betis, no sirvió de bálsamo y la posterior derrota en Granada preveía una visita caliente del Athletic de Bilbao.
Y así fue, ese día en La Rosaleda se empezaron a escuchar las primeras voces en contra del alemán. El Schuster vete ya sonaba con fuerza en todo el estadio y con el segundo gol de los vascos los aficionados empezaron a abandonar el terreno de juego, sólo quedaban los más fieles. Los radicales pedían a su vez por el técnico del filial, el ex goleador del conjunto blanquiazul Salva Ballesta, en una declaración de intenciones muy clara.
La gota que colmó el vaso ocurrió el pasado domingo, cuando el Osasuna volvía a visitar Málaga para medirse al cuadro boquerón en 1/16 de final de la Copa del Rey, eliminatoria que tiene el aliciente de que el vencedor se medirá con casi total seguridad al Real Madrid.
El partido empezaba con buen pie para los locales, adelantándose con un gol de Sergio Sánchez, ampliando la ventaja por medio de Antunes y después Juanmi, pero el Osasuna recortaba distancias al llegar a la hora de partido y se temía lo peor. Lo peor de todo fue que ocurrió, el Osasuna empató el partido con un jugador menos y puso el 3-3 en el marcador, un resultado muy favorable para los de Pamplona en la vuelta y sí, La Rosaleda, explotó.
Ahora todos al unísono clamaban contra el técnico, que en la rueda de prensa posterior no se explicaba el porqué del resultado aunque en cierto modo dijo que después de todo lo ocurrido “esperaba el 3-4”. Estas declaraciones no caen bien al entorno malaguista, los hinchas están descontentos con el rendimiento del equipo, incluso uno de los capitanes, Caballero, salió a hablar mostrando la responsabilidad del grupo.
Veremos como sigue todo, si hay cambio de entrenador, fichajes que pongan un punto de intensidad en el equipo, o si el grupo sigue en caída libre como hasta ahora. La primera prueba, el sábado a las 22:00 horas en La Rosaleda para recibir al Getafe, en un partido en el que Schuster se reencontrará con uno de sus ex equipos.
Acerca de Marcos Durán
Argentino en España, futbolero y futbolista, bostero por siempre, intento de periodista en la UMA, defenderé al Zulo de por vida.