Unicaja confirmó en el Nokia Arena su candidatura a hacer algo grande esta temporada. Y es que los malagueños han perdido sólo 3 partidos en lo que llevamos de temporada. Los macabeos lucharon hasta el final pero el acierto de Marcus Williams llevó la victoria a tierras hispanas.
Sumidos en un caos, con la alarma de bombas en la ciudad, y con el aeropuerto cerrado, nadie sabía qué podía pasar en Tel Aviv. Los jugadores de Unicaja oyeron el estruendo en el hotel, No sabían lo que pasaba. La ciudad estaba en alerta. La plantilla debía concentrarse en el encuentro. Y vaya si lo hicieron.
En una victoria de casta y orgullo, los malagueños sacaron una importantísima victoria en La Mano de Elías, ahora conocido como el Nokia Arena, en el que el año pasado sólo ganaron el FC Barcelona y el Panathinaikos de Atenas. 2 derrotas en 11 partidos de Euroliga. Este año, ya ha sucumbido ante Unicaja.
Y es que Unicaja hizo un gran ejercicio en defensa. Dejó al Maccabi en 62 puntos cuando promedia este año 83,2 puntos por partido. Primero Dragic, después Gist y por último Marcus Williams fueron poniendo su granito de arena en el ataque.
Precisamente Gist ponía el espectáculo por parte de los visitantes. Dos jugadas dignas del Top 10 de la semana que ponían en pie el banquillo malagueño. Un mate de éste ponía al Unicaja uno arriba al término de los 20 primeros minutos.
Cuando parecía que los israelitas se entonaban, con Ricky Hickman a la cabeza, la solidez de Calloway y la presencia defensiva de Vázquez y Gist calmaban los ánimos macabeos. Williams ponía la chispa para que los malagueños se marchasen. La épica parecía hacerse realidad. Pero ni mucho menos. David Logan no había aparecido todavía en el partido. Y entró de la manera más espectacular posible. 6 puntos seguidos para volver a ponerse por delante.
Entonces emergió la figura de Marcus Williams. Una canasta tras bote a la derecha, una defensa con la mirada, dos tiros libres, uno errado, y 2 arriba para Unicaja. 23 segundos, posesión para Maccabi. Los israelitas penetran y apareció la mano de Zoric. El croata puso la guinda a su partido con semejante tapón. 14 segundos, balón para Maccabi. Dos tiros, fallados, balón para Williams. El partido se acaba, victoria. Épico partido.
Ahora toca pensar en otra cosa. No en el partido del próximo domingo. Sino en si podrá salir o no esta noche de Tel Aviv. De vuelta a la pesadilla. De vuelta a Israel.
Acerca de Javier García Márquez
Sí, soy el hijo secreto de Gabriel García Márquez. Baloncesto en La Taberna Global y en La Cumbre Deportiva.