El pasado 9 de noviembre ha sido presentado en el Rectorado de la Universidad de málaga la compilación de 10 obras musicales creadas únicamente por IAMUS, el computador desarrollado en la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Informática. El disco, grabado en parte con la Orquesta Sinfónica de Londres y varios solistas de primera talla mundial ya está a la venta y disponible para escuchar online.
Mariano Díaz, Francisco Vico Vela, Adelaida de la Calle y Gustavo Díaz Jerez
IAMUS es la contracción de “I am us” = “Yo soy nosotros”, es decir, la identificación de la máquina con el ser humano en cuanto a su capacidad de generar música. Este proyecto de investigación financiado con 11’7 millones de euros por el Ministerio de Economía y Competitividad ha hecho eco en la comunidad investigadora a nivel mundial, por ejemplo con un artículo publicado recientemente en la prestigiosa revista científica Nature.
El ordenador de más de 1.600 núcleos se ha diseñado con un modelo de conocimiento que emula la evolución natural, como si la música compuesta fuera el fin de un desarrollo embrionario humano: todo el proceso de creación de se ha implementado con conocimientos musicales que no copian un estilo de composición guiado, sino que IAMUS está programado de modo que ha ‘aprendido’ a componer bajo su propio procesamiento computacional.
¿Por qué música contemporánea y no crear, por ejemplo, la décima sinfonía de Beethoven? Gustavo Díaz-Jerez, profesor del conservatorio superior del País Vasco que ha trabajo en este proyecto, subraya que “sería una cobardia musical emular una fuga de Bach, pero se podria hacer si se le implementan los conocimientos necesarios”. Más bien si se hubiera hecho así la comunidad cultural no habría aceptado equiparar una obra creada por una máquina sea cual sea su calidad, con un compositor real, ya que se rebajaría el valor de este o se sobrevaloraría el trabajo por una computadora, algo para lo que no está preparada la sociedad actual.
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El proyecto encabezado por el profesor Francisco Vico, tiene en perspectiva a largo plazo crear un repositorio de música de mil millones de fragmentos musicales donde cualquier persona pueda adquirirlas y utilizar ese material como punto de partida para composiciones. Una especie de ‘brainstorming musical’, donde dichas piezas creadas por IAMUS puedan servir para predefinir obras desde cero, sin ninguna restricción de derechos de autor donde el usuario final decida si implementar sin cambios o modificar estos fragmentos con total control de su obra.
