¿Qué hacen una veintena de personas tocando percusión y pegando gritos tras el aulario Gerald Brenan? Reeducándose. ¿Qué hacen estudiantes tirados en el suelo detrás de Educación todos los jueves rábanos en mano? Reeducándose.
Con este objetivo de reeducar, que no el de hacer el gilipollas, nació en 2012 el proyecto Jaulas Abiertas. Más allá del aspecto perroflauta que puedas pensar que tienen, se trata de un proyecto de innovación social y educativa promovido por el activista social y “pedagogo feliz” Adrián Soto. Paz, hermanos. Y amor. Un campo de experimentación que queda lejos de los nazis y en el que pretenden integrar a todas las facultades para desaprender lo que enseñan en los centros. “Vivimos en una jaula que es nuestro cuerpo, pero tenemos la posibilidad de abrirlo y salir de él a otro mundo, otro universo”, explica Pablo Torres, periodista e integrante de la iniciativa, matizando la metáfora que supone el nombre de Jaulas Abiertas. “Pretendemos dejar a un lado la teoría y llevar a cabo alternativas creativas y prácticas para integrar la experiencia y poder compartirla. Aprovechar las posibilidades como seres y coger las herramientas que tenemos para reformar el sistema de ir a clase y sólo escuchar o leer un libro y que te digan qué hacer”, aclara. Pfff sin exámenes, tío, ¿tú te imahína?
Pero una de las bases por bandera de Jaulas Abiertas es la permacultura. ¿Perma- qué? Un bosque comestible, para que nos entendamos, con árboles frutales, plantas aromáticas, vivero, compostadora… “Si estamos en tiempo de crisis y los árboles dan fruta, ¿por qué poner árboles no comestibles o con fruta agria? Mejor otros que den naranjas y no jueguen los niños con ellas”, reclama Pablo indignado. La permacultura engloba desde el cultivo de la tierra hasta el autoconocimiento personal. El cuidado de la vida en sí. Paz de nuevo, hermanos. Y (mucho) amor para todos menos para Rafa Pozas, por francés. Volvamos con la permacultura. Se trata de una rama basada en la observación de los recursos: la luz, el agua, clima, suelo, situación humana respecto al espacio… Así, ante nuestros ojos recogen los primeros rábanos ‘nacidos’ en este espacio y que, tras los primeros llantos y una palmadita en el culo, pasan a ser “deshojados”. Todo muy chic.
El proyecto de Jaulas Abiertas cuenta con el apoyo de la UMA, en concreto de la Facultad de Ciencias de la Educación y el Vicerectorado de Campus y Sostenibilidad; de hecho, el espacio situado detrás del aulario Gerald Brenan les fue cedido por la UMA. “También pretendemos constituirnos como asociación, una especie de cooperativa, para tener una parte legal”, puntualiza Pablo. Tiembla, Eureka. Tiembla, Luis Centeno, tienes aquí competencia con potencial. Pero los más afortunados de participar en el grupo son los alumnos de tercero de Educación Social. Ya que quienes cursen la asignatura de Educación Ambiental, impartida por el profesor Felipe Vega –fiel admirador de Jaulas Abiertas y mejor persona– pueden realizar las prácticas en este espacio recibiendo créditos por ello.
En este momento, tres grupos de estudiantes están ultimando los detalles de diseño, permacultura y aula. Cada jueves desde hace cuatro semanas se han reunido para construir el mobiliario con materiales reciclados como neumáticos, adoquines o palés. Además proponen otros espacios de descanso, jardines verticales, “amor y recursos para solares” –a saber–, gestión de salud, comunicación no violenta… Lo típico. En un futuro, nos explica Ana, pedagoga voluntaria encargada de la dinamización de contenidos y grupos, pretenden poder llegar a crear incluso charcas con algas que limpien y depuren el agua. La última tecnología en lo que a bosques comestibles se refiere. Además, pretenden promover tertulias y talleres relacionados con la autoestima, relajación autogestión de la salud…
¿Y tú? ¿Cómo puedes participar? No hace falta que te dejes el pelo largo o hagas rastas, tranquilo. Desde Jaulas Abiertas animan a ayudar en el desarrollo del proyecto: proponer debates, encuentros, talleres… También llaman a la utilización del espacio, llenar el proyecto de arte o bien colaborar por crowdfounding y aportar materiales o herramientas. Jaulas Abiertas no se conforma como una iniciativa dedicada exclusivamente para los alumnos, sino también para el profesorado. “Se trata de tocar otros aspectos de la carrera que no se cubren. Puedes estudiar Arquitectura pero no te enseñan bioconstrucción”, explica Ana siempre con una sonrisa en la cara. Así da gusto trabajar, oye.
Aunque Adri ‘El Pedagogo Feliz’ es la cara visible de la iniciativa, detrás está la colaboración de Pablo, Galo, Ana, Esther, Juan, Alba, Inma, Rafa, Nacho… Podría seguir diciendo nombres, que alguno habré acertado. Juntos pretenden crear un espacio libre que pretende formar desde la experiencia. Aunque son conscientes de la parte crítica que pueda tener su proyecto, luchan contra las fuerzas del mal con una sonrisa. “En Jaulas Abiertas entra todo el mundo, desde los hippies hasta el ejecutivo, cualquier tipo de clase social. Nuestro reto es que podamos integrarnos todos y convivir en un espacio derribando los prejuicios”, proclama Pablo. Como dice su dossier, se pondrán “manos a la tierra” y se “embarrarán hasta las rodillas si hace falta”. Y recuerda, “no es una jaula vacía, es un pájaro en libertad”. Ahí queda eso, ¿ok? Ok.
Jaulas Abiertas, tu oportunidad para liberarte de la UMA,Acerca de Inmaculada Montes
Como dijo el coronel Buendía: "Aquí, esperando que pase mi entierro". La lluvia de Londres me tenía hasta el moño y me volví a Córdoba. Mi experiencia en LTG me ayudó a entrenarme para El Mundo Málaga, pero he vuelto a mis raíces.