Decanato acuerda celebrar juntas las graduaciones de licenciatura y grado y los alumnos responden incendiando la biblioteca.
No han incendiado la biblioteca, pero los preliminares de la graduación en Filosofía y Letras están siendo de lo más calentitos. Todo empezó el pasado mes de de diciembre, cuando los estudiantes de Filosofía y Letras —entre ellos los de Historia, que son los que vamos a usar como vehículo porque nos parece una carrera infinitamente superior a nivel humanístico— se enteraron de que en cada una de las graduaciones estarán presentes cuatro grupos: los de mañana y tarde de licenciatura y los de mañana y tarde de grado.
Lo habitual es que mañana y tarde celebren juntos su graduación, pero este año se da la circunstancia de que coinciden la última promoción de licenciatura – estudiantes de quinto curso- y la primero de grado —todos ellos de cuarto—, y Decanato ha decidido meterlos a todos en el mismo pack seguramente para reducir el índice de follicidad de estas carreras, que como publicó la Universidad de Massachusetts1 es el más bajo de toda Europa. Es decir, que si ya de por sí hay alumnos que no conocen a la mitad de sus compañeros de clase —entre los cuales, por si os interesa, tengo la desgracia de incluirme—, imagínense con los que vienen de un plan diferente.
Decanato da como motivo de este hacinamiento la “problemática” de las graduaciones del año pasado, que fueron “numerosas y muy diseminadas en el tiempo”. Vamos, que cada uno se graduó por su cuenta con sus colegas y alguno incluso con su perro. Este año el camino parece ser el mismo, pero al no contar con el respaldo de Decanato para reservar alguna de las aulas de Letras tendrán que recurrir a los salones de otras facultades, cuyo precio ronda los 400 euros.
El caso de Historia cuenta con el agravante de que, según se rumorea, aunque nadie lo confirma, los del turno de tarde de licenciatura han llegado a rellenar una instancia pidiendo que las graduaciones se celebren por separado. Los de grado, representados por Laura Cerezo, hablan de “boicot” e incluso de asesinato, esto último no sé por qué. “La graduación es un día para el disfrute del alumno, y somos nosotros los que debemos elegir con quien sí y quien no nos graduarnos”, dice la tía, que piensa que ya “sólo falta hacer eso” después del follón de los horarios, las optativas y el meteorito que cayó en octubre.
Nuestro colega Jacobo Hernando, definido por su amiga Marta Vidal en Nochevieja como “Jacobo es Jacobo, no hay otra palabra”, confirma los rumores y cuenta que ya se han acercado a Derecho e Ingeniería para preguntar por los precios de la reserva. Es decir, han caminado 150 metros y 2,9 kilómetros, respectivamente. Además, cuenta que a él le daría igual celebrarla con los del otro turno, pero que después de todo el follón hay malos rollos y que pasa tela, vaya, ¿sabes?
Desde La Taberna Global hacemos un alegato para pedir a los estudiantes que hagan las paces, porque en el fondo todos somos hijos de Dios y nos equivocamos pero tenemos que aprender a superar nuestras dificultades y estar unidos ante la adversidad. Hay que ser buenos y portarse bien, ¿vale? Ya de paso también recomendamos a los de Decanato que se anden con ojo porque esa facultad es territorio comanche y nosotros casi salimos escaldados. Y eso, básicamente.
Guerra civil en Filosofía y Letras,Acerca de Manolo García
Fui becario en SUR para ganar experiencia y poder trabajar aquí. Ahora mismo no tengo novia, y estaría interesado tanto en una relación seria como en algo esporádico. Mis opiniones no me representan a mí, sino a otra persona. Ahora mismo tengo llamadas entrantes gratis.