El proyecto de fin de carrera (PFC) es un quebradero de cabeza para los estudiantes de arquitectura. Unos 210 alumnos se encuentran en el limbo, sin acabar la carrera o arrastrando el proyecto un año tras otro. La Escuela nació en 2005 y desde entonces se han licenciado aproximadamente 19 personas. Concretamente, este año, solo se han presentado seis PFC, de los cuales han aprobado cuatro.
Un grupo de alumnos se ha reunido hoy para tratar el dilema. Aprobar, al fin y al cabo, es lo de menos, el problema es aún mayor. De forma ordenada y bastante metódica han pegado en la pared unos post-it para disgregar el problema. La reunión ha durado más de tres horas y se han concretado algunas acciones futuras.
Probemos la empatía: imaginad que durante un año trabajáis en un proyecto, un proyecto realmente complicado. Nos piden creatividad, excelencia, pero no sabemos como nos va a salir la jugada viendo la trayectoria de nuestros compañeros. Tenemos miedo a la innovación. ¡Menos mal que existe la figura del tutor que nos ayuda y nos guía! O no, porque, finalmente, suspendemos. Cinco años de talleres no han servido para nada. Y lo mejor es que no nos dicen en qué hemos fallado y nuestro tutor ya no sabe que decirnos, porque según él estaba correcto. El tribunal ha desacreditado, no solo la labor del alumno, sino también la del profesor. (Click en la fotografía)
Una situación realmente frustrante. Pero hay más.
El tribunal no es elegido democráticamente y la subjetividad a la hora de valorar es plena. Además, en solo una mañana deben exponer todos los PFC ya que es difícil reunir a las personalidades que evalúan. Nadie quiere pertenecer al tribunal porque no hay ningún beneficio. ¿Dónde quedó la vocación del profesorado?
Tras ser planteado el problema, o mejor dicho, los problemas, han pensado las soluciones y la consecuente planificación. El tutor debería tener mayor voz en el dictamen o ser un aval para obtener el aprobado. Proponen entregar el proyecto a plazos o insinúan un cambio de tribunal, que los componentes sean profesores-tutores. Se escuchan ciertos nombres como posibles culpables, pero no se alza la voz aún.
Planean escribir un informe donde enumerar las cuestiones detalladamente y llevarlo hasta el Defensor del Estudiante, redactar algunos cambios en el reglamento, así como la ejecución de un acto reivindicativo. La Taberna Global permanecerá atenta e informará de cada novedad.
Sólo 19 arquitectos en ocho años de Escuela,Acerca de Beatriz Álvarez
Estudiante de Periodismo en la UMA. Por poco tiempo...