El Málaga pierde en la vuelta de cuartos de final de la Champions League por 3-2 frente al Borussia Dortmund en Alemania. El cuadro blanquiazul se adelantó dos veces, por medio de Joaquín primero y de Eliseu después, pero los locales empataron con goles de Lewandowski y Reus, dándoles Santana la victoria y clasificación en el último minuto de partido.
Se acabó el sueño europeo del Málaga de Don Manuel Pellegrini, que viajaba a Dortmund pocas horas después de enterrar a su fallecido
padre. Ese sueño que durante 92 minutos se estaba convirtiendo en realidad. Ese sueño que en dos jugadas desafortunadas -una incluso con un error arbitral grave- se esfuma. Ese sueño para el malaguismo que no podrá realizarse, pero seguro, que algún día, tendrán revancha. Esto es lo que tiene el fútbol.
Gran planteamiento del Málaga
El equipo blanquiazul fue mucho mejor en el primer tiempo sin hacer nada del otro mundo. El planteo inicial de Pellegrini fue perfecto, dos líneas de 4 sumados a Joaquín o Isco que intercambiaban posiciones más Baptista, que jugaba más adelantado y a esperar en la medular. Esto se traducía en que los encargados de sacar la pelota jugada para el Dortmund tendrían que ser los centrales, Santana y Subotic, que cuando avanzaban metros se nublaban y no concretaban pases buenos, ya que el cerebro, la manija, el que mueve al equipo, Gundogan, estaba muy bien cubierto por la dupla Toulalan-Camacho, más los pertinentes apoyos, lo que hacía que no pudiera recibir cómodo.
Tras bastantes minutos de un juego bastante aislada llegó la primera clara del partido y el gol de Joaquín. En una jugada totalmente aislada este hace un recorte en el borde del área que deja a Schmelzer totalmente tirado y bate con un disparo a ras de hierba con la zurda a Weidenfeller, que nada pudo hacer para llegar a atajar esa pelota. El plan de Pellegrini hasta ese momento era perfecto, el Borussia no era ni la sobra de lo que había sido una semana antes en La Rosaleda y porque no decirlo, el Málaga se sentía muy cómodo.
Pero lamentablemente no todo podía salir como indicaba el guión, ya que el rival también juega, y así en el minuto 40 un robo de Piszczek y una salida a la contra fulgurante con un máximo de dos toques por jugador, que pasó por el polaco anteriormente mencionado, jugó con Gotze, este con el alemán Reus y a sus vez el 11 “Borusser” con un pase de tacón de lujo para otro polaco, uno de los determinantes de la eliminatoria, Lewandowski, que regateó a Willy y marcó a puerta vacía.
Así nos fuimos al descanso, pensando que a pesar del gol encajado, el plan de Pellegrini seguía siendo muy bueno, ya que este resultado clasificaba al Málaga. La reanudación fue más del guión del primer tiempo, aunque con un Dortmund que veía que los minutos pasaban y necesitaba un gol sí o sí. Debido a este ímpetu del equipo alemán llegó el segundo gol malaguista, a la contra, como mandan los cánones del fútbol. Pase en profundidad de Isco para Baptista que “La Bestia” se encarga de rematar, aunque Eliseu (qué había entrado por el capitán Duda) la tocó antes de que entrara por lo que se convertía la jugada en fuera de juego, cosa que el línea no había visto y el gol subió el marcador. 1-2, el sueño de conseguir el pase a semifinales de Champions estaba a solo 10 minutos de conseguirse, sólo dos goles de los alemanes lo podían evitar.
Un nombre propio: Willy Caballero
Y entra en escena uno de los jugadores más importantes de la eliminatoria o el que más a pesar del resultado final, estamos hablando de Willy Caballero. El portero argentino, providencial en el partido de ida para que el equipo no encajara ningún gol, lo volvió a ser en Alemania durante muchos minutos, especialmente con dos paradas a bocajarro, con su pie izquierdo, a los alemanas Gotze y Reus. El asombro de toda la hinchada del Westfalenstadion con las paradas del argentino era evidente, estaba evitando la victoria de los amarillos.
Los minutos iban pasando entre cambios que se efectuaban, por parte local entraban gente conocida como Sahin o Hummels, mientras que en los visitantes hacían acto de presencia Roque Santa Cruz o Portillo, pelotazos del equipo local sin ningún destino, el técnico de los locales, Jurgen Klopp, desesperado hasta que entramos en los 4 minutos más largos de la historia del malaguismo. Los 4 minutos para olvidar.
El fatídico final
Corría el minuto 90 de partido, pelotazo frontal de Hummels que Demichelis quiere anticipar pero no llega. El balón le llega a Subotic que la mete en el área chica y Gámez alcanza a evitar el gol por primera vez, pero no por segunda, ya que le cae la pelota a Reus que a puerta vacía marca. Quedan 3 minutos, los alemanes se vuelven locos, creen en la remontada y en el pase a “semis”.
Y esa remontada llegó. Otro pelotazo al área, esta vez un centro de Lewandowski que encuentra un compañero suyo, aunque los 4 que intentaban llegar estuvieran en un claro fuera de juego que ahora el línea del otro campo no ve. Balón que le llega a Reus, que intenta pegarle a portería, hay otro rebote, y otro, y otro más, hasta que la pelota está casi sobre la línea, y es Santana el encargado de introducirlo en el arco a la vez que Demichelis sale en dirección al juez de línea y juez de fondo a protestar el fuera de juego que existía.
Este es el relato del fin del sueño del Málaga, a su vez que es la alegría de todos los hinchas del equipo alemán.
Al fin y al cabo, esto, cómo alguien dijo alguna vez, FÚTBOL es FÚTBOL.
Acerca de Marcos Durán
Argentino en España, futbolero y futbolista, bostero por siempre, intento de periodista en la UMA, defenderé al Zulo de por vida.