Unicaja, tras el tropiezo en Euroliga el pasado viernes, gana ante Uxue Bilbao un partido que le deja con opciones de clasificarse para el playoff. Los de Repesa tuvieron cabeza para manejar el final del partido y se impusieron por 63-59 en un partido que parecía no quería ganar nadie.
Los aficionados volvían al Carpena apenas 40 horas después de la dolorosa derrota ante el Zalgiris. La pobre imagen ofrecida por los malagueños en los últimos diez minutos del partido anterior atestiguaban los nervios de la plantilla verde. Enfrente tendría a un Uxue Bilbao que no pasa por su mejor racha, además de la lesión de Raül López, pero con la siempre amenaza de Kostas Vasileiadis.
El partido tuvo el mismo guion que en el de Euroliga. Los locales, eso sí, comenzaron con dos pérdidas seguidas (finalizaron el partido con 17). Fue entonces cuando afloró la defensa (desaparecida en combate en muchos partidos) de Unicaja. Todo ello unido a un acierto considerable en el tiro dejó las primeras ventajas en un 12-2 que tuvo que ser parado por Katsikaris.
Aquí cambió la similitud con respecto al viernes. Si Zalgiris le hacía un parcial de 2-9 para igualar la contienda, Bilbao no lo podría hacer. Y es que Unicaja defendió mejor que el otro día. Con Simon en estado de gracia y Calloway asumiendo galones en ataque (5 asistencias en 17 minutos), los locales se marcharían al final del primer cuarto con un marcador de 21-7.
Pero el ataque malagueño se cortocircuitó en el segundo cuarto, tal y como le pasó ante Zalgiris. Los malagueños insistían en tirar de 3 puntos (15 triples tirados en el segundo cuarto, 22 al descanso), sin acierto, con un 6/22 al término de los 20 primeros minutos. Más de un triple tirado por minuto y más tiros de 3 que de 2. Bilbao tampoco estaba acertado. 1/6 en triples y un paupérrimo porcentaje en tiro de 2. Si Unicaja iba por delante, era por su trabajo defensivo más que por su ofensivo.
Todo cambió tras el paso por vestuarios. Un Kostas Vasileiadis especialmente motivado (ganó en Málaga la Liga y disputó la Final Four con Unicaja con un papel no trascendental) vio como el aro se convertía en una piscina. 3 triples seguidos del griego y uno más de Mumbrú igualaron el partido. Los nervios comenzaron a aflorar y se escucharon los primeros murmullos hacia la directiva. Bilbao se ponía por delante, pero esta vez Unicaja no iba a dejar que el rival escapase con vida.
Se entraba en el último cuarto con empate a 48. Los desaciertos por parte de los dos equipos marcaban el partido. Panko (hoy sí) estuvo presente en ataque y vital en defensa. Simon, Williams, Vidal y Zoric le acompañaban. Enfrente, Vasileiadis, Grimau, Rakovic, Mumbrú y Hervelle. Una batalla a vida o muerte. El adios definitivo a la liga o la reválida para los playoff. Si Unicaja perdía, Repesa estaría muy tocado.
Así lo entendieron los malagueños, que vieron cómo el cuarto que usualmente peor se les daba retornaba en alegría. Un triple de Simon (uno de los ¡32! tirados) parecía finiquitar el partido, tal y como confirmó después en rueda de prensa Katsikaris. Pero si algo define a este Unicaja es que nunca se sabe lo que va a pasar. Parcial de 4-0 y el nerviosismo regresaba.
Fue entonces el momento de Marcus Williams. El estadounidense no había metido ningún punto en el partido y era el encargado de recibir la falta para ir a la línea de tiros libres. Metió los dos primeros. Bilbao volvió a meter, y Williams arregló el partido finiquitándolo con dos tiros libres más para sentenciar. La victoria se quedaba en casa.
El panorama queda mucho más claro para Unicaja, que empata con el Blusens Monbús y FIATC Joventut en la novena posición, y que se vio favorecido por las derrotas de CAI, Valencia, Barcelona, Joventut y Murcia.
Acerca de Javier García Márquez
Sí, soy el hijo secreto de Gabriel García Márquez. Baloncesto en La Taberna Global y en La Cumbre Deportiva.