Willy Caballero hizo de héroe y consiguió salvar, en los últimos minutos del partido, el punto que el Málaga CF consiguió con su empate a cero frente a Osasuna.
No hay manera. Los de Pellegrini continúan sin conocer la victoria en este mes de noviembre. Dos derrotas y dos empates son el balance de estos 18 días en los que el Málaga ha bajado su posición en la Liga colocándose quinto a la espera del partido del Betis. Con más días de descanso que en las pasadas jornadas, los blanquiazules escaparon de las lluvias de la Costa del Sol para jugar en El Sadar frente al penúltimo equipo de la tabla, Osasuna, que fue testigo de las debilidades que su rival está mostrando en los últimos encuentros y que pese a no ser capaces de llevarse esos tan necesarios tres puntos, lograron retener al equipo de Champions.
El arquero argentino Willy Caballero se fue como héroe boquerón por sus actuaciones en Pamplona. Su calidad es sin duda uno de los puntos fuertes del equipo, pero fue en el minuto 84 de ayer cuando esto se hizo visible de forma más clara para todos. Con el cero a cero en el marcador, Álvaro Cejudo se plantó solo hasta el área del argentino, con todo el tiempo del mundo para pensar, colocar y disparar. Caballero, con una pasmosa seguridad, atajó el disparo enmudeciendo los gritos de gol que se escapaban de las bocas de algunos rojillos. Pudo haber sido peor, pero igualmente el empate sabe a poco para todos.
El partido comenzó con idas y venidas, ganas de ambos equipos que a su manera necesitaban comerse la portería rival. Lo hizo Kike Sola a pocos minutos del inicio, gol mal anulado que hubiera aumentado el porcentaje de tantos en contra que sufre el Málaga en los primeros minutos, debilidad que muestra el poco enchufe defensivo con el que se sale del vestuario. Este volvió a ver a su pareja de centrales titular, pero Pellegrini esta vez optó por atrasar a Eliseu a lateral izquierdo siendo este protagonista de algunos errores que tuvo a Cejudo como toro atacante. Los locales bajaron la intensidad, y el control y posesión malaguista volvió a la normalidad. De nuevo un querer y no poder.
La vuelta a casa se hizo pensando, seguramente, más en la llegada del Valencia a la Rosaleda el próximo sábado (pero sin Soldado) que en volar a Rusia para su partido contra el Zenit. La Liga empieza a preocupar, y tras la clasificación para los octavos de la Champions, retomar la senda de victorias es fundamental.
Acerca de Laura Molina Guerrero
Una catalana en Málaga. Estudiante de Periodismo. Fútbol internacional.