Los de Pellegrini perdieron en el Vicente Calderón una oportunidad inigualable de asegurar su concurso en la siguiente Champions League. Los blanquiazules se adelantaron en el marcador gracias a un inapelable zurdazo de Eliseu, pero el Atlético de Madrid consiguió dar la vuelta al marcador con goles de Koke y Adrián ante un Málaga especialmente especulativo. Muñiz Fernández anuló en el descuento un tanto legal a Sergio Sánchez, gol que hubiera supuesto matemáticamente el cuarto puesto liguero.
El Málaga sigue aferrado al sufrimiento. Continúa dependiendo de si mismo para entrar en la máxima competición continental, pero habrá de jugarse el todo por el todo ante un Sporting que intentará hacer valer en La Rosaleda sus escasas opciones de permanencia. Lo ha tenido más cerca que nunca -lo sigue teniendo-, pero es indiscutible que ha perdido una oportunidad más que valiosa de amarrar el 4º puesto. La malograron ante un Atleti fiel a su esencia, irregular como ninguno, que se valió de un par de despistes en la zaga malagueña para otorgar algo más de suspense a la última jornada de liga.
El Ingeniero planteó una estrategia atrevida, retrasando a Cazorla a la medular e introduciendo a Eliseu de extremo para lograr una mayor profundidad. Le volvió a salir bien el experimento, pues Santi viene demostrando que es un jugador descomunal y que, habiendose adaptado rápidamente al cambio de rol requerido, viene siendo el timonel que guía el juego blanquiazul.
Siguiendo el rumbo del “almirante” asturiano la primera parte fue, pues, un alarde de fútbol malaguista. En un estadio tan complicado como el Calderón, ante uno de los clubes con más solera de la liga, un descarado Málaga volvió a demostrar que no tiene respeto a la historia. Un respeto similar al que le tuvo Joaquín en la banda derecha a Juanfran hasta el descanso: ninguno. El del Puerto sigue ofreciendo unos geniales 60 minutos de juego, y es una pena que sus reiteradas lesiones hayan cortado la progresión del genial extremo esta temporada.
Del esplendido juego malaguista, armado en parte por los nombrados y rematado en guinda por la exquisita asociación de Isco en la media punta, nacieron una infinidad de ocasiones, pero de nuevo Rondón y Papelito (ya en la segunda mitad cuando salió) perdonaron lo imperdonable. Lamentable. Por mucho que Courtois tuviera un gran partido no deja de ser preocupante el rendimiento de los delanteros malaguistas.
Ante la inoperancia del venezolano, tuvo que ser Eliseu el que abriera las redes colchoneras. Lo hizo literalmente, con un zurdazo de los que hacen época, desde 30 metros y con un fulgurante chut que colocó en la diagonal imposible, pegadita al travesaño. Todo eran sonrisas entonces para los cerca de mil malagueños que, pese a las inclemencias climatológicas, habían acompañado a su equipo a la capital. Más aún si cabe cuando se conoció el gol del Mallorca ante el Levante, un tanto que a la postre supondría la victoria bermellona y que, durante gran parte del encuentro, suponía la clasificación matemática para los de Martiricos. Pero las sonrisas se tornaron pucheros en la segunda parte. Contagiados por el día, olvidando sus deberes con la historia, el Málaga salió especialmente indolente en la segunda mitad. Sabedores de su óptima posición, fueron especialmente especulativos con el resultado, error que pagaron en demasía.
Primero Koke y después Adrián, tras dos nuevos despistes de la zaga malagueña, lograron revertir el tanteador. El primer gol vino por una mala defensa de la línea de rechace a la salida de un corner, y el segundo tras un saque en largo de Courtois, en el que los centrales malaguistas se comen el bote del balón y auspician el mano a mano de Adrián con Kameni. Fallos incomprensibles para una defensa de buen nivel, pero que sigue incurriendo en excesivos fallos de concentración. Errores que le han costado muchos puntos al Málaga. Esos errores capicúas, en defensa y en ataque, son los que realmente han condenado a los blanquiazules a jugarse todo en un partido a cara de perro en la última jornada.
Quizá también (solo quizá) haya que añadir la inestimable ayuda de los árbitros en las últimas jornadas, que parecen querer retrasar la entrada del Málaga en Copa de Europa, pues han salpimentado los últimos partidos malagueños con errores capitales. El gol que invalidó ayer en el descuento Muñiz Fernández -más gomina que otra cosa- por un inexistente fuera de juego, habrá de sumarse al anulado ante la Real Sociedad hace dos jornadas, o a los discutidos penaltis encajados ante el Barcelona el pasado miércoles, controvertidas acciones que pueden marcar el sino malaguista.
Pese a las conspiraciones arbitrales, e inventados fantasmas agoreros, los pupilos del “Ingeniero” con ganar, se aseguran la presencia en “Champions”. Si empatan habrán de esperar un resultado idéntico del Atlético, que tiene otro partido de poder a poder frente al Villarreal en Castellón. La temporada (qué temporada) se decidirá el domingo en casa ante un Sporting al borde del precipicio, que va a intentar aferrarse con lo poco que le queda a la primera división. La Rosaleda, sin duda, vivirá el próximo domingo a las 20:00 horas el partido más importante de la vida del club.
La Champions se jugará en casa (2-1),