Mariano Rajoy, líder del PP y candidato a la presidencia del Gobierno, desvela, en exclusiva para LTG, sus primeras reflexiones sobre la Convención Nacional que su partido celebra esta semana en Málaga
Tras la primera jornada de la Convención Nacional que el PP celebra estos días en Málaga, Mariano Rajoy, líder de los populares y candidato a la presidencia del Gobierno, ya tenía una opinión formada sobre el supuesto éxito que el evento había logrado. “Estupendo todo”, declaró en exclusiva a este medio, al que además le agradeció la cobertura. “Gracias”, apostilló, mientras apretaba el paso rodeado de su escolta.
La Convención Nacional del PP arrancó el jueves 6 de octubre en el Palacio de Congresos de Málaga, que encontramos debidamente engalanado (la ocasión lo requería, qué menos). Allí vimos de todo. Desde, por ejemplo, integrantes de NNGG que amablemente nos instaban a afiliarnos y nosotros, denotando educación y civismo, fuimos capaces de rechazarlos cordialmente alegando a nuestra independencia como medio de comunicación. O también directivos del PP local que, amablemente por supuesto, nos proponían sin coacción alguna el ceder nuestros datos de acceso a las redes sociales para ser parte de la campaña del partido. Y nosotros, nuevamente, denotando educación y diplomacia, propusimos dejarlo para más tarde. O el interés de realizar una transacción comercial con el puesto de la entrada que vendía pines, medallas y llaveros con los semblantes de Esperanza Aguirre o María Dolores de Cospedal. “Oiga, perdón, ¿cuánto cuesta ese pin de Cospedal?” “Cinco euros. ¿Sois de La Mancha?” “¿Perdón?” “Que si sois de La Mancha. Como habéis preguntado por Cospedal”. “Ah… no, es que tan solo seguimos su trayectoria y nos parece muy interesante”. “Uhm, eso está bien…“. Todo con un matiz muy distendido, eso sí.
En realidad nos tuvimos que colar.
A pesar del barullo perrofláutico que se acumuló en el interior del recinto (había gente que no iba de etiqueta), los dirigentes allí reunidos no se amilanaron y uno a uno tomaron la palabra para decir lo odioso, incompetente y demoníaco que es el PSOE. Aunque De la Torre, alcalde de Málaga y encargado de inaugurar los actos, fue más allá. “Es intolerable que Málaga sea la única ciudad de España con más de 500 000 habitantes que no sea capital de nada”. Aún así, Francisco de la Torre retomó un tono más conciliador cuando agradeció en incontables ocasiones a Rajoy y a su equipo la elección de Málaga como sede de la convención, a su juicio, “histórica para el PP” puesto que le abrirán las puertas al gobierno de un país que intentarán convertir en “el mejor de Europa”. Bendodo atinó con el discurso, que resultó parecido al del alcalde. El presidente de la diputación agradeció nuevamente a Rajoy y a la directiva nacional del partido la elección de la ciudad como sede de la convención, asegurándoles que aquí, y en Andalucía más que en ningún otro lugar, esperan el “cambio” que se promete el 20 de noviembre con gran urgencia debido a las “políticas sectarias socialistas”. Retomó el turno de palabra el secretario general del PP andaluz, Antonio Sanz. Pero no tenemos claro si el discurso se lo fue escribiendo sobre la marcha mientras el alcalde y el presidente de la Diputación daban el suyo, porque vino a decir lo mismo. Bueno, siendo justos fue innovador. No fue el primero pero sí es verdad que fue el que se zambulló de lleno en la critica al socialismo. “El PSOE es un gobierno que ahora mismo, tristemente, se limita a hacer oposición del futuro gobierno”, alegó.
La vicesecretaria general del PP, Ana Mato, fue la siguiente en ocupar el atril. Después de los saludos correspondientes, reconoció la importancia de la comunidad autónoma andaluza y de la provincia malagueña en un futuro. Los populares, al parecer, o eso dijo Mato, sienten Málaga como una capital europea. Sólo ellos saben de qué.
Y llegó el momento. La megafonía pronunció su nombre y el público irrumpió en aplausos. Fue arropado como nadie. El presidente de honor del Partido Popular hizo acto de aparición en el escenario. El mismísimo José María Aznar. Aunque sí es cierto que sin bigote, su figura se ha devaluado muchísimo. Pero aún mantiene esa carisma y sobre todo esa maña para polemizar. “España va bien” o “Estamos trabajando en ellou”. El ex presidente español estaba puesto a prueba. Y no decepcionó. Sólo a un genio y figura como él se le ocurriría acuñar eso de “la revolución de la normalidad”. “Porque es normal que los terroristas no estén en las instituciones. Porque es normal que se genere empleo. Porque es normal…”.
Tras la intervención de Aznar, se dio paso a un descanso de unos diez minutos previo a la celebración de los foros de Cristóbal Montoro y Baudillo Tomé. Dos personajes que no deberían interesar mucho en la cúpula de los populares, porque esos minutos los aprovechó Rajoy para tratar de quitarse de en medio y en su huida, la emprendimos con él y en la consecución de unas declaraciones dignas de nuestro honesto medio (declaraciones con las que titulamos este mismo artículo). A posteriori tuvimos la oportunidad de cruzarnos con Javier Arenas, presidente del PP andaluz, a quien sí pudimos retener algo más. Le preguntamos acerca de la convención. Se mostró satisfecho y contento, pero no podemos decir mucho más. Sus declaraciones verán la luz en el próximo podcast, y sorprenderán a propios y extraños. La política y por lo tanto los políticos están cambiando. Este tipo de declaraciones lo demuestran.
Uno de los temas más tratados en las dos primeras jornadas de la convención fue el de los recortes sociales, en los que para el PP hay un único culpable: la nula gestión del partido socialista. Pero no quedaron fuera de agenda los continuos chascarrillos sobre los despachos que mantienen algunos ministros en las gasolineras.
González Pons y De Cospedal coincidieron en que los españoles no debían ver sus servicios básicos sociales recortados. La expresión “servicio social básico” nos remite claramente a un concepto obvio que no necesita explicación ni mucho menos, puesto que todo el mundo lo entiende por igual. El caso es que no deben ser recortados.
Fue Alberto Ruiz Gallardón el primer político de toda la convención en no mencionar al PSOE en todo su discurso. Milagro. Se valió del ejemplo del reciente fallecido, Steve Jobs, para buscar la eficacia en medidas de austeridad para administraciones. “Hay que facilitarle la vida a los ciudadanos, y con tres administraciones de funciones idénticas es imposible”. Trillo, por su parte, después del almuerzo, en el forum que presentó Sáenz de Santamaría, hizo suya una propuesta de los populares: la cadena perpetua revisable. Al parecer los políticos populares son muy asiduos a los oxímoron. El veterano Federico amparó esta propuesta en que el “82% de la opinión pública” se muestra a favor de endurecer las condenas y las penas a prisión.
Mañana 8 de octubre, a las 11.30 comienzan los actos de clausura con las intervenciones del presidente del PP andaluz, Javier Arenas, y del presidente del PP a nivel nacional, Mariano Rajoy. Esperemos que se concreten más medidas. De momento, a pesar de lo que digan las encuestas de intención de voto, el candidato con más apego a la realidad es Alfredo Pérez Rubalcaba. Al menos, él propone cosas con el fin de sacarnos de la crisis. Sí, hablo de la intención de emitir los dibujos animados en inglés. Seguiremos informando.
Acerca de Alberto R. Aguiar
Estudio y dirijo todo esto. No quiero acabar en Sálvame.
