La poesía eléctrica en España tiene nombres y apellidos: José Ignacio García Lapido. El granadino sigue rodando en solitario. Este viernes actúa en la sala Cochera Cabaret presentando su último trabajo, ‘Formas de matar el tiempo': mucho de lo de siempre, que es bastante. La desaparición de 091 está a punto de cumplir la mayoría de edad, y Lápido, que hasta ahora rechazaba una reunión de la banda, atisba una mínima posibilidad. De momento se seguirá moviendo con maestría en un La menor. Y para ser un hombre de símbolos, se muestra mucho más crudo que Baudelaire.
¿Podría decirse que Lapido está haciendo el camino inverso que recorrió 091? Las buenas críticas se mantienen pero esta vez los discos funcionan mejor cuando sale una nueva remesa.
La realidad no es que yo ahora venda más que antes, simplemente me he mantenido pero los demás venden mucho menos, es por eso por lo que he entrado con este último disco en las listas de ventas. Las críticas, es cierto, han sido muy positivas, yo lo agradezco pero me las tomo con cierto distanciamiento ya que si fuera al revés, es decir, si fueran malas, tampoco me quitarían el sueño.
Te sigue una banda prolífica. Tus músicos llevan en paralelo varios grupos. Parece un buen síntoma.
Evidentemente es un síntoma de que me acompañan unos músicos con inquietudes. No son los típicos mercenarios que cobran por tocar y no se implican. Llevamos muchos años juntos y hemos llegado a tener un grado de complicidad y camaradería muy alto. Sus carreras en solitario como Jean Paul, Víctor Sánchez o SUE no dejan que me olvide de lo buenos que son, no sólo como instrumentistas sino como compositores de su propio material
Tu música se ha afincado en el inmovilismo. No se puede hablar de evolución en tus canciones, aunque le confesaste a Eduardo Tébar en una entrevista tu interés por grabar un disco de blues. ¿Qué ha sido de aquella pretensión?
No estoy de acuerdo con tu apreciación. Si tu pones una canción mía de hace 20 años y pones una del último disco te darás cuenta de la evolución, en todos los sentidos. Otra cosa es que no haya bandazos estilísticos. Lo que no me vas a ver es haciendo hoy un disco de folk y mañana uno de pop electrónico para pasado volver al punk como hacen algunos de mis compañeros de profesión. Eso es algo que detesto. En cuanto lo de hacer un disco de blues, iba totalmente en serio. Lo haré, y espero que sea más pronto que tarde. Pero eso no sería evolucionar sino todo lo contrario, estamos hablando de música de los años 20.
Tú que has sido tan crítico con la piratería y la cultura de la cultura gratuita, ahora estás en todas las plataformas de escucha musical. ¿Quién te ha dado el soplo?
No sé a qué soplo te refieres. Estoy en las plataformas que me apetece estar. Una cosa es que yo voluntariamente elija que la gente pueda acceder a mi música de la forma que yo vea conveniente y otra muy distinta es que un listillo cuelgue mi música sin mi permiso para que la gente la escuche igualmente gratis pero llevándose él la pasta por la publicidad que agrega a su página. Es la diferencia entre la libre difusión y el robo. Creo que es muy fácil de entender.
¿Te presentaste a las elecciones internas de la SGAE para representar a Andalucía Oriental. ¿Qué papel crees que debe cumplir esta sociedad en la actualidad? Ha sido criticada hasta la muerte con una paupérrima argumentación.
Se creó un órgano nuevo en la SGAE que son los Consejos Territoriales para avanzar en la democratización y en la descentralización de nuestra Sociedad. Yo me presenté y salí elegido. Es un órgano de carácter consultivo, ya que el poder sigue estando en la Junta Directiva de Madrid, porque los estatutos así lo dejan claro. El que la Sociedad de Autores sea más criticada en España que el Gobierno que ha hecho leyes tan demoledoras como la Reforma Laboral dice mucho de nuestro país, y no en positivo. El derecho de autor está vigente en todos los países desarrollados desde hace siglos, y nadie en su sano juicio lo cuestiona.
Conservas una columna de opinión semanal desde hace diez años en el periódico Granada Hoy. ¿Te planteaste dejar el diario después del ERE que se hizo en 2012?
Yo no soy trabajador de plantilla del periódico. Sólo soy colaborador. El ERE me afectó mucho personalmente porque muchos de los despedidos eran, y son, amigos. A mí también me rebajaron la colaboración, ahora es quincenal. Que yo me fuera del periódico por solidaridad hubiera sido un poco absurdo. Creo que mejor favor les hago a mis antiguos compañeros escribiendo sobre este tipo de barbaridades.
No es tan conocida tu faceta de guionista. ¿Has trabajado en algo desde que acabó ‘Arrayán’?
No. Cuando dejó de emitirse la serie nos quedamos en paro un montón de guionistas, actores y técnicos, y hay muy pocos que hayan encontrado algo. La televisión pública andaluza no emite ficción hecha en Andalucía. Con ponernos copla a todas horas se ve que es suficiente.
Ya te han preguntado muchas veces por la reunión de 091, y sabes que la pelota está en tu tejado. ¿Temes que nunca se produzca ese reencuentro o cabe esperar una posibilidad?
Si la pelota está en mi tejado, como tú dices, quizás sea porque yo fui el que en su momento hizo más esfuerzos para que la banda no desapareciera. Luché hasta el final y puse todo mi talento al servicio de aquel proyecto. No fue posible salvarlo. Ahora aquello pertenece al pasado. Yo inicié hace muchos años mi carrera en solitario y retomar 091 se me hace complicado por un montón de razones que no vienen al caso explicar. De todos modos ahora no soy tan radical como hace algunos años cuando me negaba totalmente a una posible reunión. Hoy sigue siendo imposible pero mañana quién sabe.
Los personajes que describes en las canciones son perdedores dignos, cínicos y luchadores. ¿Por qué es tan difícil atisbar optimismo en tus letras? Sólo se me vienen a la cabeza un par de temas.
El optimismo es una ingenuidad que no me puedo permitir. Eso no quiere decir que yo sea lo contrario: pesimista. Un pesimista nato no se dedicaría a escribir canciones. Creo que soy bastante equilibrado a la hora de juzgar situaciones y perspectivas vitales y no se puede negar que la realidad es la que se encarga de pintarnos de negro el horizonte. En ese aspecto creo que el escepticismo y la duda sirven para avanzar. Eso es lo que hay en mis canciones, montones de dudas, pero también sentido del humor con cierta mala leche.
¿Qué te inspira el La menor?
Es la columna sobre la que he edificado muchas de mis canciones.
Joe Strummer, cantante de los Clash, fue determinante en la carrera musical de 091. También en el anecdotario musical granadino. Pero pocos saben que su conexión con Andalucía parte de Málaga. De aquí era su novia Paloma ‘Palmolive’ Romero…
Efectivamente, Paloma es de Málaga. De hecho, la razón de que Joe viniera a Granada fue para visitar a unos amigos que habían vivido en un squat con él en la época previa a los Clash, cuando él cantaba en los 101’ers. Estos amigos eran familiares de Palmolive.
Fue también en Málaga donde protagonizaste una de las ediciones del ciclo ‘La música contada’. Aquel era el entorno ideal para recitar. ¡Y tú ibas a sacar un libro de poema! ¿Sigue estancando?
Aquello lo dejé abandonado. Tenía editorial y todo pero dejé pasar el tiempo y al volver a retomar el tema me di cuenta de que no me sentía demasiado cómodo con lo que había escrito. Ahora mismo no me planteo hacer nada en ese aspecto, me refiero a la poesía, pero sí tengo en la cabeza otro tipo de libro.
Lapido: "Yo fui el que hizo más esfuerzos para que 091 no desapareciera",Acerca de Leo Rama
Corresponsal de La Taberna Global en Madagascar, entre otros muchos enclaves.