Más de 50 personas agolpadas alrededor de una mesa chiquitita que sostenía un pequeño portátil. ¿Qué estaban haciendo? ¿Estaban viendo el Real Madrid-Barcelona? ¿Una película? ¿Los Oscars? No. Eran más de 50 chavales viendo el final de un partido épico. Un partido que quedará grabado en la memoria de los más jóvenes. El grupo gritó con el triple de Williams, y estalló con el tapón de Fran. La victoria, para Unicaja. La alegría, para todos aquellos pipiolos que estaban disfrutando con su equipo.
Y es que la victoria de Unicaja se antoja como clave en el devenir de los malagueños. A falta de 3 jornadas para el final de la primera vuelta, y con ello el corte para la Copa del Rey, Unicaja y Barcelona se enfrentaban en un partido que dejaría a uno de los dos muy tocados y al otro respirar un poco ante lo que se viene encima. Fue un partido feo, tosco, sin brillo. Pero era un partido para disfrutar. Un partido para que la afición se reenganchase con la plantilla. Y la plantilla con la afición. Fran Vázquez quería demostrar a Pascual cuánto se había equivocado (¡Y vaya si lo hizo!). Un partido que al principio tendría dos protagonistas.
Nacido en 1993, Álex Abrines se había criado en el colegio de La Salle, en Palma de Mallorca. Con sólo 17 años, un grande del baloncesto español, como Unicaja, le llamó a sus filas para integrarse en el plantel del filial. Poco a poco fue haciéndose hueco en el primer equipo hasta ser la figura sobre la que iba a girar el equipo este año. Sin embargo, de malas maneras, Abrines rescindió su contrato con Unicaja, dejando un mal sabor de boca a los aficionados que tanto suspiraban por él.
Llegó la hora de la presentación de los equipos. El Barcelona no es precisamente el equipo más querido aquí, y así se demostró en la presentación. Mickeal y Navarro, villanos de Unicaja en casi todos los partidos, eran pitados como el que más. ¿Como el que más? No. Con el número 10 a la espalda, y encima del número su apellido, Álex Abrines recibió una de las mayores pitadas recordadas en el pabellón. La afición no perdona lo que hizo. Quien sabe si lo hará con el tiempo como han hecho con Fran.
Nacido en 1977, Andrew John Panko III había llegado a Europa en la temporada 2001-02, justo después de su breve periodo en la NBA. Llegaría a España en la temporada 2002-03. Sin embargo, todavía no sería importante en sus equipos. Fue en el Lagun Aro, con Sito Alonso como entrenador donostiarra, cuando Panko cogió responsabilidades, siendo nombrado MVP de la competición española. Su primera oportunidad en un grande vendría este año. Y no en Unicaja. El Panathinaikos griego le ofrecía su gran ocasión. No terminó de cuajar, y esta misma semana cambió el verde Panathinaikos por el verde de Unicaja. Sólo un día después de llegar a Málaga, metía 9 puntos (un triple clave para ponerse por delante) y cogía 8 rebotes.
Acerca de Javier García Márquez
Sí, soy el hijo secreto de Gabriel García Márquez. Baloncesto en La Taberna Global y en La Cumbre Deportiva.
