La Taberna Global inaugura nueva sección hasta que en menos de un mes nos cansemos de ella o nos frían a trabajos.
Los estudiantes del Grado en Matemáticas se sientan formando un ángulo recto perfecto, con la espalda erguida y apurando al máximo las posibilidades que ofrece el asiento. Más o menos. Desde el primer momento se respira un aire viciado de intelectualidad y método cartesiano, y uno empieza a sentirse acomplejado. Una sensación que irá acrecentándose a medida que pasan los minutos hasta desembocar en la más profunda humillación.
De momento, sacamos escuadra, cartabón y la calculadora del teléfono para mimetizar un poco con los alumnos. Un segundo vistazo más exhaustivo al aula revela la existencia de un reducido número de canis que, por mucho que lo intenten, no van a sacarse la carrera en su puta vida. De hecho, en sus rostros se refleja que, efectivamente, no han debido aprobar ni una asignatura en el primer cuatrimestre.
«Características asociadas a una distribución de frecuencias», se puede ver en la diapositiva cuando, por fin, alguien se aproxima. La profesora, que se da un aire a la concejala 2.0 Mariví Romero, llega matemáticamente impuntual, da los buenos días y pregunta a los alumnos si han hecho los problemas. Son probablemente las únicas frases que entendimos en toda la clase, porque inmediatamente se arrancó por cuatriles, dieciles y curtosis. No obstante, hay algo en ella que obliga a atender; una fuerza magnética que anula el murmullo del aula y envuelve a propios y extraños.
Mira lo justo al PowerPoint, se dirige a los alumnos con naturalidad, modula la voz como los ángeles y, además, genera un clima de participación y cercanía dignos de estudio. Los alumnos beben la sabiduría en la propia fuente, como diría Huxley.
—El percentil de orden es el valor de la variable por debajo del cual se encuentra un porcentaje de valores igual o superior al r% y por encima de un porcentaje de valores igual o superior a (100 – r)% —recita en un asombroso despliegue de sabiduría numérica.
En un momento de la clase, mientras una joven de la cuarta fila articula un sugerente «Te voy a echar un polvo para desayunar», se oye un sonido polifónico cuya tonalidad pertenece claramente a la del gallus gallus domesticus, frecuentemente conocido como ‘gallo’.
—Es la alarma —se justifica, avergonzado, el alumno.
—Me lo he imaginado —responde la profesora, sonriendo y demostrando un nivel intelectual al alcance del mismísimo Alberto García-Einstein Navarro. Una capacidad deductiva incorruptible y alada, pues lo normal en situaciones así es pensar otra cosa, como por ejemplo que el gallo se encuentra realmente allí—. Yo también tengo un gallo —añade, causando el desconcierto. ¿Se referirá a la alarma de su teléfono o tiene un corral en casa?
Su desinteresada simpatía queda probada en numerosas ocasiones, y de algún modo le ayuda a eclipsar ciertos defectos como la dificultad a la hora de mantener contacto visual directo con sus pupilos. Son frecuentes sus miradas al vacío o, quizá, lo que para algunos es sólo vacío y para ella mucho más. Ya que el cálculo del rango intercuartílico permite subsanar ciertas anomalías en la dispersión estadística, la docente podría tratar de ponerlo en práctica a la hora de mirar a los ojos a sus alumnos, si se nos permite la sugerencia.
Los estudiantes, abnegados y entregados a la causa, manejan una gran riqueza léxica y se desenvuelven a la perfección los macroproblemas que les encarga la profesora, pero, sin embargo, se bloquean cuando ésta les pregunta su nombre o les exige resolver una resta de dos cifras: pasan, à vrai dire, varios segundos incómodos hasta que uno acierta el resultado de 87 menos 45, que es 33. Tampoco demuestran excesiva fluidez a la hora responder a las cuestiones que plantea este medio, como la de si aplican la probabilidad para conocer las posibilidades de ligar un jueves. Muchas risitas, pero ninguna respuesta digna de reseña. Hacen virguerías con el álgebra pero se traban elaborando una oración simple. Son genios de los números pero están incapacitados para la vida en sociedad. Son casi como los de Biología, pero justo al revés.
—A los de Biología les he tenido que subir un documento sobre cómo usar la calculadora. Tiene mandanga —se lamenta la docente.
Putos retrasados.
¿Y tú? ¿Tienes alguna clase en la que merezca la pena colarse? Escríbeme al Twitterjazz (@manoletusgarcia) o mándanos un emailo a contacto@latabernaglobal.com. Os quiero.
Hoy nos colamos en… Probabilidad (Matemáticas),Acerca de Manolo García
Fui becario en SUR para ganar experiencia y poder trabajar aquí. Ahora mismo no tengo novia, y estaría interesado tanto en una relación seria como en algo esporádico. Mis opiniones no me representan a mí, sino a otra persona. Ahora mismo tengo llamadas entrantes gratis.