El quinteto madrileño presentó en Málaga su último trabajo con una notable exhibición instrumental y lírica, pero con una puesta en escena algo pesada.
El pasado sábado 23 de marzo, Los Punsetes, un grupo tributo al folk-punk de Eduar Punset formado por amigos de la Universidad Complutense de Madrid, visitaron la sala París 15 de Málaga para presentar su nuevo trabajo ‘Una Montaña Es Una Montaña’, aclamado por la crítica. El concierto, escaso en público -no se llenó ni la mitad de la sala- y en interés por la peculiar puesta en escena, destacó únicamente por la más que correcta interpretación de los temas en lo instrumental y vocal. Y por el técnico de sonido, claro. El mejor.
El local, que abrió sus puertas a las 21:00h, dio paso a más de una hora de infructuoso aburrimiento mientras se iba llenando por los fanáticos de la banda -conformado por personas de edad y sexo variado, raza no-, que no eran muchos. Durante la larga espera llamó la atención el técnico de sonido de la sala, que lejos de rebajarse al uso tradicional de la mesa de mezclas para controlar el sonido de la banda, iba danzando de un lado a otro con un Ipad, manejando todo el sistema desde cualquier punto de la sala. “Prefiero la mesa. Es más cómoda y eficaz” declaró apesadumbrado el hombre, al parecer molesto por el avance de las nuevas tecnologías, y volvió a moverse.
Una vez comenzado el concierto, el quinteto madrileño optó por soltar una retahíla de canciones de principio a fin, sin interrupciones. Una puesta de escena de difícil aguante si uno no es un ferviente seguidor de la banda. Las bromas, las conversaciones con el público, y en definitiva, cualquier amago de interacción con los presentes para hacer más cercano y amable el concierto quedaron anuladas por la sombría actitud de los miembros del grupo, y en especial por la característica escenografía de la cantante. Ésta, totalmente quieta y con la mirada perdida, rompía su hieratismo con un escueto giro del cuello hacia un papel para ver cuál sería la siguiente canción -o por tortícolis, no está confirmado-. Por supuesto, la respuesta del público fue similar, exceptuando saltos aislados e inexplicables al sonar algunos de los temas más conocidos de la banda, como ‘Dos Policías’ o ‘Mis amigos’.
En cambio, la notable composición melódica y los estupendos arreglos que los madrileños habían conseguido en este último disco -producido por el brillante Pablo Díaz (El Guincho)- se vieron perfectamente reflejados en la puesta en escena. Así, a partir de la ambiciosa calidad sonora conseguida y la gran compenetración de los instrumentos en directo, Jorge y Manu (guitarras), Chema (batería) y Gonzalo (bajo) sirvieron de perfectos guías a Ariadna. La vocalista, que en algún momento se salió de su papel al pestañear, interpretó con la inteligencia y musicalidad de su monótona voz las divertidas letras que narraban todo tipo de situaciones de la vida cotidiana. Éstas hicieron vibrar e incluso enloquecer al público en su concepto más hipster. De esta manera, Los Punsetes cerraron un concierto aceptable con la eficacia instrumental y lírica de un grupo posicionado como referente en el panorama nacional, aunque rozase el aburrimiento en muchas ocasiones.
Acerca de Nacho del Río
Chico guapo y timido. 21 para 22. Llevo casi 3 años yendo a la UMA sin estar matriculado en ninguna carrera. Colaboro en la sección de Cultura de La Taberna Global.