Desangelado Carpena una vez más al inicio del partido. Los escasos 20 alemanes que presenciaron en partido en el Carpena se hicieron notar ante el silencio del respetable. Era un día de fiesta, pero no lo parecía. Unicaja y Alba se jugaban más que un partido. El que ganase tendría una buena colocación para la clasificación del Top16.
Un Simon especialmente inspirado daba las primeras ventajas a los malagueños. Con 8 puntos en poco más de 6 minutos, el croata guiaba a los malagueños. El juego interior no funcionaba, pero por lo menos paraba a los interiores alemanes. La máxima renta vendría con un tiro libre de Zoran Dragic (22-14) respondido con una canasta del base alemán Scharffartzik para cerrar el primer periodo.
Unicaja celebraba hoy el día de Hallowen. Y así lo asumió el equipo. En 10 minutos para olvidar, los malagueños dilapidaron la ventaja conseguida en el primer cuarto. La primera canasta en juego malagueña no vendría hasta el minuto 7, con una penetración de Urtasun. La defensa hacía aguas, Thompson anotaba como quería y Repesa no podía parar el vendaval alemán.
Mejoró Unicaja tras el descanso. Con un Lima mucho más inspirado en defensa que en el breve tiempo que estuvo en cancha en la primera parte, la defensa se ajustó y los puntos comenzaron a llegar. Simon volvía a hacer acto de presencia. Llegó entonces el momento de Schaffartzik, que convertiría el primero de sus triples. Un mate fallado por Morley macilitó la burla del público malagueño. Al final del cuarto, un robo de Gist terminado en mate y un rebote ofensivo terminado igual levantaron al público de sus asientos.
Unicaja se iba 4 arriba en el marcador. Podía romper el partido o meter otra vez al equipo teutón en la lucha por a victoria. Ocurrió lo segundo. Un parcial de 0-8, gracias a los dos triples inverosímiles de Schaffartzik, pusieron por delante otra vez al Alba. Se repetía la historia. Tocaba sufrir para ganar. Un 2+1 de Lima ponía la diferencia en 7 puntos. Calloway ponía el 62-57 y cuando parecía que Unicaja podía sentenciar, Marcus Williams perdió un balón clave. Canasta de Thompson y otra vez apretado el partido.
Fue entonces cuando apareció el mago de Los Angeles. El genial base norteamericano no había tenido un buen partido, en parte por su esguince de tobillo. Pero cuando hay que ser decisivo, para bien o para mal, aparece Williams. A falta de 33 segundos, cuando el reloj de posesión se acababa y con el hombre pegado, sentenció el partido con un triple de 7 metros. Unicaja conseguía su tercera victoria, tras ganar 67-62.
Acerca de Javier García Márquez
Sí, soy el hijo secreto de Gabriel García Márquez. Baloncesto en La Taberna Global y en La Cumbre Deportiva.