Millones de universitarios, según fuentes sindicales, se reunieron en la Facultad de Ciencias para organizar movilizaciones a causa de los recortes en educación. La Policía asegura que sólo asistieron 12 personas y dos estudiantes de Erasmus GRIEGAS. Troika. Crisis. Vagos.
Millones de universitarios de cháchara.
Dos de la tarde, ruge el estómago y, como de costumbre, la mayoría de umeños se dirigen a coger sus respectivos buses para volver a casa. A la misma hora, todos los estudiantes pertenecientes a la Facultad de Ciencia estaban citados en la explanada próxima a la entrada de ésta. El motivo: retomar las reuniones -dos en el caso del curso pasado, SÍ, DOS- para plantear propuestas y llevar a cabo movilizaciones en contra de los recortes. La reunión, que duró en torno a una hora, versó sobre las posibles acciones que se llevarían a cabo el 14 de noviembre, la fecha prevista para la huelga general que han organizado CCOO y UGT, sin olvidar que el 13 de noviembre habrá una concentración multitudinaria en honor a Alberto Magno, patrón de la Facultad de Ciencias. Ese día, la manifestación consistirá en comer paella, beber mucho calimocho y debatir sobre el tiempo. Parece que la revolución refresca.
Durante la charla, decidieron las tareas que se sucederían en la semanas posteriores, entre ellas, recalcaron la importancia de hacer una pancarta que colgarían días antes de la manifestación en un sitio vistoso y próximo a la facultad. Una idea brillante. A nadie se le hubiera ocurrido. Viva la revolución. Además, intentarán concienciar al alumnado con una serie de piquetes informativos en los que “hablarán de buen rollo con la gente”, como dieron a entender algunos de los asistentes. También llevarán a cabo una performance en la que los implicados harán de muertos vivientes por culpa de los recortes y tasazos.
Después de la perorata acerca de quienes llevaría los materiales para realizar la pancarta, cuándo volverían a quedar, pedir los correos, concretar el nombre que tendrá la cuenta de Facebook, etc… La inmensa mayoría pidió un comedor a gritos. Algo que tiene incluso la facultad tan minúscula de Comunicación. Sí, porque tendrán una cafetería, pero no un comedor donde llevarse el tupperware y disfrutar de masticar la comida lentamente mientras, tenedor de plástico en mano, miran al nublado horizonte. Justo como su futuro, sin el suficiente presupuesto ni profesores para tener una educación decente, sin tantos incentivos en I + D, sin ni siquiera un comedor digno. Les espera un futuro muy, muy negro.
La abrumadora respuesta por parte de los universitarios deja claro que no se juntaron porque hablaran de posibles aprobados generales, sino de reuniones asiduas donde se decidieran posibles eventos para concienciar al alumnado de manera eficaz y clara. Todo un reto.
Otra asistencia masiva a la asamblea de Ciencias,
Acerca de Isabel Vargas
Nacida allá por el verano del 92. Melómana indecente. De pequeña quería ser corresponsal de guerra, lo sigo intentando. Redactora de Cultura en La Taberna.
