“¿Es un pájaro?¿Es un avión? No, es el Fancine”

El pasado jueves cientos de aficionados al cine fantástico se reunieron en el teatro Cervantes para asistir a la gala de inauguración de la 21º edición del Festival de Cine Fantástico de la UMA. Una ceremonia extraña, divertida y carismática, donde lo que menos faltó fue la creatividad.

Podríamos comenzar este artículo recurriendo al tópico de: “El teatro Cervantes se vistió de gala para inaugurar el Fancine 2011″, pero asumiríamos que hay algún momento en el que el Cervantes se viste de chándal para las ocasiones menos glamourosas. Teniendo en cuenta la majestuosidad de las instalaciones del teatro, lo más ajustado a lo que pasó es decir: “La 21º edición del Festival de Cine Fantástico se vistió de gala para inaugurarse en el teatro Cervantes”, como esas señoras de clase media que alquilan vestidos para cenar en restaurantes de lujo. La única diferencia es que el Fancine no necesita aparentar lo que ya es: una semana repleta de sensaciones, risas y emociones, donde la ciencia deja de ser exacta para transpasar los límites de la realidad.

Los elementos más irracionales del séptimo arte se conjugaron en la inauguración del Fancine 2011, que se celebró el pasado jueves 24 en el Teatro Cervantes de Málaga.  La 21º edición del Fancine de este año, que concluirá el 1 de Diciembre, está centrada en los superhéroes: conferencias, exposiciones y una categoría del concurso estarán centradas en la figura del ser humano con poderes, tan arraigada en la cultura popular y en la cultura de la ciencia ficción.

Minutos antes de la apertura, cientos de fans, curiosos, amantes del cine, prensa seria, la Taberna Global y personalidades se encontraban en los aledaños, esperando impacientes el pistoletazo de salida. Cuando por fin entraron al teatro, pudieron comprobar que la importancia de la ocasión era confirmada por el lugar elegido: un teatro grande, imponente, de corte clásico, que hace sentirse como un señor al maś ferviente imitador de Paquirrín. Y dado el estatus del escenario, la representación no podía ser menos. Y no decepcionó a nadie.

“¿Qué sensaciones produce en el espectador el cine fantástico?”, parecieron haberse preguntado los alumnos de la UMA que, con la ayuda del Centro de Tecnología de la Imagen, condensaron y escenificaron esos sentimientos en el Teatro Cervantes. Epicidad, misticismo, vitalidad, misterio, euforia… y sobre todo, belleza. Una coreografía apoyada en todo momento por efectos visuales y de sonido magníficos, que transportaron a los espectadores a una dimensión que rozaba lo conceptual. En cuestión de segundos, los bailarines hacían de mimos, de zombies, de robots, se agitaban, se arrastraban por el escenario, se bajaban de la tarima y saludaban con ímpetu al público. Los polifacéticos actores dieron paso a tres alumnos de la UMA que, entre los efectos de niebla, convertían en palabras las emociones. “He visto cosas que vosotros no creeríais”. Los mismos tres alumnos que, acabada la representación, dirigieron con una perfecta mezcla entre elocuencia y humor la gala inaugural.

Tras el simpático vídeo de presentación, dieron paso entre gags a los avances de las películas que se presentaban a concurso. Decenas de cortes de breves segundos de duración con la escena más significativa de cada obra, donde pudimos comprobar que el universo de la ciencia-ficción abarca un gran número de situaciones, a cada cual más irreal e impactante. El género de terror, como era de esperar, tuvo gran presencia: manos que salen de debajo de la cama, fantasmas, apariciones, espejos, violencia… pocos segundos bastaron para hacer saltar a más de uno de su butaca. Películas extranjeras, españolas, protagonizadas por personas de carne y hueso, y otras no tanto: la animación también tiene un hueco en el Fancine 2011, además de películas de producción coreana con las que unos instantes de visionado bastaron al público para comprobar la excentriciidad de los productores orientales. Todo un abanico de propuestas para un Fancine que no estará exento de variedad, y sobre todo, de calidad.

Posteriormente, la rectora Adelaida de la Calle hizo entrega de sendos galardones a dos actores representantes de las nuevas generaciones del cine español y de las generaciones que ya se marchan, dejando un legado imborrable: Jimmy Barnatán y Simón Andreu. Barnatán, famoso por papeles de importancia en Los Serrano y Al salir de clase, habiendo participado además en más de una docena de largometrajes, reconoció “no estar acostumbrado” a recibir premios. “Málaga es una ciudad cojonuda”, afirmó, causando las risas y los aplausos del auditorio. Por otra parte, Simón Andreu es toda una figura del cine español. Pudimos ver un vídeo recopilatorio de sus mejores momentos a sus largo de más de veinte años de carrera profesional: desde participando en Los señores del acero hasta recibiendo un tiro de Halle Berry.

Una vez Fernando Ocaña, el director del Fancine, y de la Calle pronunciaron sus respectivos discursos, pudimos contemplar el corto Matar a un niño y Wrecked, una producción canadiense. Ambas producciones con finales paradójicos que dejaron al espectador con ganas de más Fancine, más séptimo arte, más risas, lloros, sorpresas, sobrecogimientos, más imaginación. Una inauguración mágica para un Fancine más allá de lo perceptible. Abróchense los cinturones.