Las convocatorias del programa de movilidad ‘Erasmus’ finalizan hoy, 26 de octubre, con gran aceptación entre los alumnos de la UMA
Cientos de universitarios han podido solicitar durante los pasados 20 días el programa de movilidad Erasmus con la intención de pillarse unas vacaciones por la cara realizar parte de sus estudios en sistemas de formación tanto de la Unión Europea como de territorios superiores como EEUU o Japón, esto es, “estudiar” en otro país.
Son muchos los alumnos que instan este proyecto debido a las grandes posibilidades que abre dentro del mundo de la educación superior, bueno, en verdad lo único que desean es pirarse un tiempo fuera de las paredes de sus facultades. Algunos piensan que el programa consiste en ir a otro país para estudiar el idioma, bien sea griego o francés (vaya, follar de toda la vida); pero en realidad reconocen que han de aprobar una serie de asignaturas, aunque esto último lo consideran opcional.
La novedad dentro de los requisitos este año ha sido la inclusión de una nueva disposición que no acepta la creación esos videos que nos duermen y llenan de aburrimiento, los blogs que parecen biblias con tochos interminables junto a fotos de comidas indigestas, fiestas paganas y “orgasmus” similares. Así, los afortunados o jodidos (según desde dónde lo miren) estudiantes que crucen la frontera de este su país no podrán expresar sus experiencias en indiferentes materiales debido a la protección de la salud pública de los internautas.
Y es que no se lo dan todo hecho a los estudiantes Erasmus, pues aún les queda por delante un infierno llamado comúnmente como “ese jodido papeleo”, del que luego dicen “merece la pena”. A ello se le suma quienes antes de partir tienen que ingeniárselas para poder colocar los tuppers, que sus madres les preparan entre lágrima y lágrima, de manera estratégica en los rincones de la maleta. Momento en el que dan fruto años y años de experiencia y tiempos muertos jugando al Tetris.
Pero hay algo en los que la mayoría de los alumnos que han participado en este programa coinciden mientras con cara de bobos y una enorme (a la vez que estúpida) sonrisa te dicen que no pierdas la oportunidad de tu vida: conoces gente, abres tus perspectivas, renuevas metas, lo ves todo con otros ojos…, y decenas de cursiladas más (aunque sólo esta última supone el trasplante de un órgano). Y a pesar de que tengas días en los que quieras suicidarte, habrá otros en los que Erasmus será lo mejor que te haya pasado jamás.
Sin embargo, no todos podrán vivirlo, pues desde un principio la Universidad adopta una actitud ‘al perreo’ y se quita de en medio a los listillos de turno que no aprueben el examen, el cual no sirve para nada en la competición por las plazas; sólo para de un plumazo descartar a todos aquellos que no lo superen. Para pasar posteriormente a calcular la media del curso (algo más fácil para los chicos que sólo han cursado primero, pues suelen tener “mejores” notas); de donde también se descartan algunas solicitudes.
Un proceso burocrático que dará a más de uno dolor de cabeza y quiera cortarse las venas, pero recordad chicos, todo sea por “la mejor experiencia de vuestras vidas”.
Así está la convocatoria, con cientos (quizás incluso miles) de solicitudes que hacen plantearnos que “erasmus pocos” (tranquilos, De la Calle no ha parido) y acabarán siendo menos los que por ahorrarse todas las complicaciones dejen de solicitar esta “ayuda”, por llamarla de algún modo, ya que parece que de ayuda (al menos económica) tiene poca pinta de momento.
Acerca de Inmaculada Montes
Como dijo el coronel Buendía: "Aquí, esperando que pase mi entierro". La lluvia de Londres me tenía hasta el moño y me volví a Córdoba. Mi experiencia en LTG me ayudó a entrenarme para El Mundo Málaga, pero he vuelto a mis raíces.