Figuras relevantes de diversos ámbitos empresariales luchan por poseer el dudoso honor de ser los menos odiados entre los más odiados del planeta. El escepticismo está servido.
Imagina que un buen día te toca la primitiva. Bajas a comprar el pan, sonríes amablemente a la dependienta e incluso le das veinte céntimos de propina, cosa que normalmente no harías porque es una siesa de cojones. La dependienta pensará, con toda seguridad, que te estás cachondeando de ella y que con lo forrado que estás, darle 20 céntimos es denigrante. Que ya te vale. Más tarde quedas con tus amigos, los de toda la vida, y les pagas la primera ronda de la noche. Al salir del bar, empezarán a murmurar sobre lo tacaño que eres, sobre lo poco que te costaría invitarlos a todo. ¿Cómo crees que solucionan los ricos este problema? Necesitan invertir algo de dinero para que a la gente no le importe que tengan más que los demás. Invertir en imagen:la solidaridad del siglo XXI.
Si juntamos los conceptos de “responsabilidad social” y “compromiso solidario”, y los relacionamos con el mundo de la empresa, lo más probable es que acuda a vuestra mente la cara de la segunda fortuna del mundo y cofundador de Microsoft: Bill Gates. Especialmente si habéis visto a Joaquín Reyes imitándolo en la Hora Chanante. El señor William Henry Gates III creó en el año 2.000 la fundación Bill y Melinda Gates o como él la llama en la intimidad: “cómemela, Jobs”. Especializada en fomentar el desarrollo en educación y sanidad en países del Tercer Mundo, el matrimonio Gates fue galardonado en 2.006 con el premio Príncipe de Asturias de la Cooperación Internacional. Quizás el señor “Puertas” se plantee invertir parte de su fortuna próximamente en reacondicionar una de las zonas más devastadas por las infecciones y por la falta de higiene del mundo: el Ágape. Pero no, salvar etíopes se ve que limpia más tu imagen.
Pasemos a hablar de alguien muy rico a otra persona que no lo es tanto: Amancio Ortega. De hecho ahora es 20 millones más pobre debido a que su fundación ha donado dicha cuantía a la entidad caritativa de la iglesia Cáritas. Las reacciones van desde los que piensan que eso no es ni el 10% de los impuestos que no declara aquí, hasta los que creen que es el nuevo mesías y el ejemplo a seguir por las otras fortunas de España. Sólo él sabe el motivo de la donación, pero quizás se haya dado cuenta de que lo único que nunca podrá comprar es la inmortalidad, y de que nadie muere mientras permanece vivo en el corazón de alguien. Sacado de la Biblia, ríete tú de “50 sombras de Grey”.
Otro personaje al que le debemos muchas horas de entretenimiento es Kim Dotcom, más conocido como el gordo de Megaupload. Rapidshare, el pagafantas de los gestores de descarga, parece tener sus días de protagonismo contados ya que parece ser que el 20 de enero volverá Mega, a secas. La principal diferencia entre Mega y los antiguos servicios (Megavideo, Megaupload, MegaDrive y Megatrix) es que ahora no será la empresa de Doctom la responsable de los archivos que habrá colgados: será cada usuario el principal responsable de lo que se descarga. Kit Dotcom no se prodiga en público ni tampoco destaca por su filantropía. Pero lucha continuamente por la protección de datos del usuario en la red, la legalidad del uso de la copia privada sin fines lucrativos y la gratuidad de los sobres de mayonesa en el McDonalds. Nazis de las salsas.
Tanto si optan por la ayuda “desinteresada” a causas justas, como si eligen gastarse su fortuna en barcos y putas, los multibillonarios siempre serán cuestionados por sus decisiones. Pero y tú, ¿qué harías si fueras como ellos? ¿Lavarías tu conciencia? ¿Tu imagen? Seguramente sólo lavarías dinero. O podrías empezar por lavarte los ojos, y ver más claro cómo te roban en tu puta cara cada día.
Superhéroes de barrio,
Acerca de Eduardo Alarcón
Estudio economía y administración de empresas. Animaba a la gente a invertir en sellos, estuve en Lehman Brothers, y ahora ando por la Taberna Global. Ahí lo dejo.