Los estudiantes de la UMA podrán acceder a la tarifa por habitante de EMASA, para la que se requiere empadronarse en Málaga, sin perder la beca de movilidad, para la que se requiere empadronarse fuera de Málaga. ¿Te has enterado? Nosotros tampoco. Vas a tener que leer con mucha atención.
Izquierda, Derecha, L1, L2, R1, R2, Arriba, Abajo, Izquierda, Derecha… Este es el truco del jetpack para el GTA San Andreas. Pero hoy vamos a tratar de enseñarte otro truco. No es el del almendruco. ¡Je! Es el de esquivar el empadronamiento obligatorio que exige EMASA para poder acceder a la nueva tarifa por habitante sin perder la posibilidad de recibir la beca de movilidad. EMASA no te lo va a contar de primeras, pero para eso estamos nosotros, tío.
Uno de los requisitos para recibir la beca de movilidad es el de empadronamiento. Sólo se puede acceder a esta ayuda si se conserva el empadronamiento en la ciudad donde está en núcleo de unidad familiar. Por lo tanto, empadronarse en Málaga para aumentar el número de habitantes que hay en cada vivienda de cara a las facturas de EMASA supondría perder la oportunidad de acceder a dicha beca. Dicho con un ejemplo, si eres de Córdoba y te empadronas en Málaga para lo del agua, ya no te darán la beca que te iban a dar. ¿Qué ocurre? En la ordenanza municipal donde aparece la nueva tarifa, se establece una comisión especial integrada por FACUA, Al-Andalus, UCE y la propia EMASA, que estudian casos excepcionales en los que existe imposibilidad de empadronamiento. Y el de los universitarios con beca es uno de esos casos.
Par poder realizar esta triquiñuela hace falta una copia de la solicitud de la beca y una copia del contrato de alquiler. De este modo, los universitarios que hayan solicitado la beca podrán seguir los trámites normales y acceder a la tarifa por habitante que tantos quebraderos de cabeza está dando. Fuentes de la Universidad de Málaga, en declaraciones a este medio, han afirmado que la vicerrectora de Estudiantes denunciará ante los medios cualquier atropello de este régimen de excepción por parte de EMASA. Se puede liar muy gorda, como en la Fiesta de la Primavera de Granada.
Diferencias con respecto al anterior sistema de facturación
La UMA cuenta con un gran número de estudiantes que son de fuera de Málaga. Es un número que va desde 0 hasta 1.000.000, pero que no se sabe cuál es. Muchos de estos residen en la capital, compartiendo piso con otros estudiantes en su misma situación. Si ninguno de ellos está empadronado en esa vivienda, constará como que sólo vive una persona. Tanto si vive una persona como si viven nueve. Da igual. Aunque, obviamente, el consumo de nueve es superior al consumo de una sola persona.
El caso de Andrea Reina, estudiante de la UMA, no es excepcional. Pagaron por su última factura, de noviembre y diciembre, unos 80 euros, frente a los 35 euros que se les facturó en la factura de septiembre y octubre. En su piso viven cuatro alumnos. Una situación muy similar a la que atraviesan Jerónimo y Ángela en la vivienda que tienen alquilada junto a dos estudiantes más. En este caso, el salto es aún mayor. La primera factura del curso fue de 40 euros mientras que la última, con la nueva tarifa, se elevó hasta los 104. ¿Por qué ocurre esto?
El anterior modelo de facturación de agua, al igual que ahora, estaba divido en bloques de consumo bimensuales. La diferencia radica en la cantidad de litros destinada a cada tramo. Antes, sin importar cuántas personas estuviesen empadronadas en cada vivienda, a cada casa le correspondían 10 m³ en el primer tramo. Una vez consumidos esos 10.000 litros, se pasaba a un segundo tramo de 12 m³, que luego iba seguido de otro bloque de 16 m³ y finalmente uno de 40 m³. Ahora, los tramos son más reducidos, y pensados para el consumo de una persona: 4 m³, 2 m³, 4 m³ y 10 m³. A cada bloque consumido le acompaña una tarifa que no ha variado, por la cual se multiplica.
Si no hay nadie empadronado en una vivienda, como suele ocurrir en los pisos de estudiantes, EMASA considera que el consumo asignado para esa casa es el de una persona, aunque en realidad vivan tres o cuatro. Por lo tanto, los pisos compartidos pueden convertirse en una matanza, con gorrinos chillando mientras se desangran con las facturas que más tarde llegan.
Por supuesto, leer una factura del agua no es fácil para cualquier persona de bien. Para empezar, la cuenta la separan por servicios: abastecimiento de agua, desalación, saneamiento y depuración. Dentro de cada uno de estos servicios, hay una tarifa por bloque. Pero para entendernos, sea resume así: si una persona consume el bloque I, sus 4 m³ se multiplican por 0’699, que es la suma de los diferentes servicios. La operación nos da un total de 2’796 euros. Habría que repetir dicho cálculo con si se consumen esos 4 m³ y se accede al siguiente bloque, esta vez multiplicando los 2 m³ correspondientes por 1’367. ¿Qué ocurre? Aunque las tarifas están congeladas con el nuevo sistema de facturación, el segundo bloque tiene menos litros asignados. Las probabilidades de pasar al tercer bloque aumentan. ¿Y qué pasa con el tercer bloque? Que se cobra más caro aún. Y el cuarto bloque, pues más caro que el tercero. A esto hay que sumar las cuotas de servicio, los cánones y el IVA.
En definitiva, el nuevo sistema de facturación facilita que se ascienda en los bloques, lo que se puede traducir en un mayor desembolso. Sólo en el primer bloque de una persona/mes, van 2.000 litros. Es decir, están asignados 65 litros diarios en el mejor de los casos. Para algunos será poco, pero el alcalde de Málaga con esa cantidad tiene para seis duchas.
Cómo pagar menos por el agua sin empadronarte en Málaga,Acerca de Leo Rama
Corresponsal de La Taberna Global en Madagascar, entre otros muchos enclaves.