El miércoles 9 de noviembre la Facultad de Psicología de la Universidad de Málaga se convirtió en la trinchera de Izquierda Unida para divulgar su programa electoral. Aunque en realidad la noticia es que me he enamorado.
Hay tres momentos en la vida de un periodista en los que la imparcialidad y la objetividad dejan de ser requisitos fundamentales en la elaboración de una buena información. Estos tres estados de alarma del periodismo emergerían si Pedro J. Ramírez escribiese “El segundo naufragio”, y si Curro Troya sufriese un apagón informático. El tercero de ellos, amigos, no es otro que el amor. Ah, el amor, ese furibundo sentimiento que a veces acecha y ataca la pluma del periodista, transformando todos sus trazos en ridículos corazoncitos. Y es que en el periodismo no hay cupidos que valgan, es el célebre Yellow Kid el que te ataca con su fiebre amarilla y te incita a aumentar el tamaño de las fotos, y a burlarte de la insulsa tipografía. De repente te crees capaz de escribir titulares con un tamaño de fuente mayor, y tienes la osadía de fotografiar vísceras y ponerlas en portada, porque piensas que así, con un zoom mayor, podrás ver mariposas como las tuyas en estómagos ajenos. En el de Gadafi también.
Fue esta última sensación la que se apoderó de mí al vislumbrar el rostro de Alberto Garzón, el candidato de Izquierda Unida por Málaga. Me enamoré de él perdidamente.
Pero no era una primeriza. Ya me habían conquistado otros rojillos hasta entonces. Había quedado prendada de Ignacio Escolar y su fina prosa izquierdosa en Público, también me había encaprichado de algún que otro perroflauta del 15-M. Tanto era así que mis más eróticos sueños los protagonizaban Marx y Engels, en los que recitaban con intenso fervor “agrupémonos todos en la lucha final…”, y yo siempre creí que hablaban de orgías. Y si Ernesto Che Guevara había tenido su Aleida March, ¿por qué no podría ser yo la fiel camarada de Alberto Garzón?
Por ello, el miércoles 9 de noviembre fui a cubrir el mitin de Izquierda Unida en la Facultad de Psicología de la Universidad de Málaga. Acudir me costó un negativo en Lenguaje Audiovisual, pero es lo que ocurre cuando tus jefes te oprimen cual malvados patrones y te obligan a trabajar bajo condiciones infrahumanas.
El acto, repleto de gente joven, lo encabezaban Juan Torres, catedrático de Economía y profesor de la Universidad de Sevilla, Amanda Meyer, Patricia García Leiva, doctora de Psicología por la Universidad de Málaga y, por supuesto, Alberto Garzón, licenciado en Economía, autor de varios libros, colaborador con organizaciones sociales como laAsociación por la Tasación de las Transacciones y por la Ayuda a los Ciudadanos (ATTAC), joven, guapo, amable, risueño, fantástico orador y candidato de Izquierda Unida por Málaga en las próximas elecciones.
Juan Torres comenzó el acto con una charla en la que nos mostraba sus grandes dotes como propagandista: “Me he levantado temprano para pedir que votéis a Alberto Garzón. Trato de convenceros para que vosotros hagáis lo mismo con más gente” Y siguió su discurso elogiando al candidato de Izquierda Unida. “Alberto es un máquina, no creo que haya otra expresión que lo defina mejor. Tiene una formación impresionante” Además, Torres aprovechó la ocasión para promocionar su libro: “El último libro que he publicado en colaboración con Viçent Navarro y Alberto Garzón es Hay Alternativas, el cual trata de explicar las mentiras de la crisis, poniendo de relieve que la solución que impone la derecha y el PSOE a la crisis en Europa es suicida. En fin, que lo leáis”.
Tras este momento publicitario, Amanda Meyer tomó la palabra para presentar a Alberto Garzón. Mis piernas empezaron a temblar al oír aquella armoniosa voz, y creí morir cuando a mis oídos llegaron palabras como “servicios sociales” y “guerra de clases”. El candidato comenzó su ponencia conjugando su programa político con unos cuantos guiños al 15M. “Esta crisis ha sido causada por las grandes fortunas que han especulado en tiempos de bonanza económica. Ahora los gobiernos deciden que la crisis la vamos a pagar nosotros, no los responsables, al contrario, a ellos se les rescata”.
Garzón aseguró que “esta crisis la estamos pagando en forma de recortes” y adoptó un tono medieval al decir que estábamos “viviendo en un neofeudalismo en el que somos semiesclavos al servicio de las grandes empresas y de los bancos”. El discurso de Alberto Garzón durante el mitin se caracterizó por apelar al activismo político de los asistentes, pero (digi)evolucionó a la oratoria marxista cuando habló sobre lo que él definió como “guerra de clases”. “La principal fuente de inspiración para entender este mundo es Karl Marx. Es normal que la gente encienda la televisión y se asuste cuando escucha prima de riesgo, mercados y bolsa. De esa manera, la gente desatiende la economía, que es tan importante como la política” Ya podréis haceros una idea sobre mi estado de romántica embriaguez.
La cobertura política de los medios de comunicación también fue criticada por el candidato, ya que se quejó de la “dificultad” de transmitir su mensaje “al no ser una formación que tenga acceso a los grandes medios”. Pero en La Taberna Global también hay Borrachos del Pueblo, y éstos piden para todos el mismo espacio de libertad de expresión, sin distinción de signos políticos. Por ello, Alberto Garzón dedicó unas palabras en exclusiva a este medio, relativas a la entrevista que anteriormente concedió a La Taberna Global, haciendo un ejercicio de autocrítica al enjuiciar a “los sectores que entienden que la lucha social sólo se puede hacer desde las instituciones”. “Es un error considerar que sólo se puede cambiar el mundo desde un despacho, hay que ayudar a los sindicatos y estar en la calle con los movimientos sociales”.
Y así concluía el mitin de Izquierda Unida en la Facultad de Psicología de la Universidad de Málaga, lejos de focos, lejos de música y de multitudes. Una reunión sencilla con una ronda final de preguntas en la que yo imploraba que el voto que me pidiera Alberto Garzón no fuese el de castidad.
Alberto Garzón pide el voto desde la UMA con una atractiva barba de tres días,Acerca de Isabel Bellido
Choni letrada. Último curso de Periodismo en la UMA. Escribo en La Taberna Global y en El Observador, y llevo dos veranos juntando letras también en Diario SUR. Aunque allí soy un poco más formal.