Facultad de Derecho de la Universidad de Málaga. Área de Derecho Civil. Tras una puerta sin nombre María Luisa Moreno-Torres Herrera espera a La Taberna Global para ser nuestra profe favorita. Sobre la mesa una lata de Twinings English Tea y varios libros, está estrenando despacho. María Luisa realizó sus estudios de Derecho en la Universidad de Granada. Ejerció la abogacía durante tres años y posteriormente ha estado como docente en las universidades de Jaén, Granada y Málaga. Por Brenda Yepes, Inma Montes y Ángela R. Bonachera.
¿Por qué estudió Derecho Civil?
Pues, la verdad, por pura vocación. Por pura vocación y porque era una época en la que la oferta académica era mucho más reducida que ahora. No sé si en este momento hubiera elegido Derecho, porque ahora hay una oferta académica mucho mayor.
Si actualmente fuera uno de sus alumnos, ¿cómo definiría sus clases?
(Risas). Eso es un imposible. (Y se hizo el silencio). Bueno creo que son unas clases intensas. No se pierde el tiempo en el sentido de que nos centramos mucho en los contenidos por una presión tremenda que tenemos con los programas. Quizás esté hablando como profesora más que como alumno. Pero esa presión te permite pocas concesiones y con ello me refiero a la anécdota, a la actualidad. Y el alumno pide que el profesor termine su programa. Echo de menos, y eso ya no es hablando como alumno sino como docente, disponer de más tiempo para estar más relajada.
Como profesora de Derecho, ¿se sigue actualizando en cuanto a las leyes?
Si, por supuesto. No tengo más remedio. Cualquier profesor se debe actualizar. Además, como el Derecho es cambiante, el cambio es continuo. Hay que estar continuamente leyendo sentencias nuevas, viendo qué modificaciones legislativas se producen, qué proyectos se elaboran, qué piensa la sociedad de ellos… La actualización es imprescindible en un profesor universitario.
Como sabe, la estamos entrevistando porque ha sido propuesta por sus propios alumnos, ¿como es su relación con los alumnos ellos?
(Duda). Desde mi punto de vista, me encariño mucho con los alumnos, lo cual no quiere decir que se lo manifieste. No sé si es un error, pero procuro que mientras sean mis alumnos la relación sea una relación profesional por así decirlo. Guardo un poco las distancias porque creo que mi papel lo exige y es lo que al final les conviene. Al principio creo que me temen mucho. De hecho yo no sé si esto de que me hayan elegido “profesor favorito” va de broma o enserio. Creo que mis alumnos no comparten mi punto de vista, no me comprenden. ¿Los comprendo yo a ellos? Creo que sí. Lo cual no quiere decir que les pueda dar la razón en todo lo que ellos me piden, porque me piden mayor flexibilidad y no se la doy porque creo que no debo hacerlo.
¿Cuál cree que es su ‘valor/punto fuerte’?
(Silencio profundo). Pienso que soy clara en mis explicaciones y creo que también elijo todo aquello que realmente tenga un interés práctico dejando de lado todos aquellos aspectos teóricos que realmente no son útiles en su vida profesional.
¿Hay algo que le gustaría hacer como profesora y no puede?
Sí, hay muchísimas cosas que me gustaría hacer como profesora y que no puedo hacer. Me gustaría tener una relación más personalizada con mis alumnos, lo cual es imposible. Este curso académico tengo a mi cargo aproximadamente 500 alumnos. No todos son alumnos con docencia, con ella son 300. Eso lo lamento muchísimo, sé que haríamos muchas más cosas si el número fuera el que debe ser.
¿Considera que sus alumnos entienden su forma de trabajar?
Yo creo que la entienden, pero casi cuando se licencian. Durante el tiempo que son mis alumnos, y sobre todo los más jóvenes, sinceramente creo que no la entienden. Pero es lógico, su tarea no es entenderlo. Me dan la razón y me comprenden una vez que dejan de ser alumnos míos y están en el mundo del trabajo.
¿Cómo son los estudiantes que eligen Derecho?
¡Uy! No quiero hablar mal de los estudiantes en general, pero el problema de esta titulación es que hay muchos estudiantes que no debieran estar aquí, porque no tienen vocación y se meten en esta carrera porque no tienen nota para otra cosa, o porque sus padres se lo aconsejan porque tiene salida y cuestiones de este tipo. Pero dejando a esos de lado, que son alumnos que pienso que no deberían estar aquí y se estarían haciendo un favor a ellos mismos. Creo que los alumnos de Derecho no son distintos de los de otras titulaciones. Tienen un problema y es que piensan muy poco y son poco críticos. Pero no es su culpa. El sistema no les ha enseñado a pensar y esa es mi gran batalla. Ellos vienen de un sistema memorístico y como además éstas no son carreras científicas tropezamos con el gran problema. Piensan poco. Pero piensan poco ellos y piensan poco en general los profesores también, no son ellos los únicos ni son solo los de Derecho. El gran obstáculo con el que me encuentro es ese. Mi tarea es contribuir a despertar en ellos alguna inquietud.
¿Recibe el feedback que, como docente, espera de ellos?
Con mucho esfuerzo. Lo consigo en un porcentaje. Pero asumo que lo voy a conseguir con un porcentaje solo y eso no es razón para no intentarlo. Hace muchos, años, un catedrático con el que empecé a ir a clase me dijo que había que intentar salvar al 10% de los alumnos. Yo no sé en porcentaje con cuántos acabo conectando, pero también sé que muchos huyen de mis clases y de mi grupo. Pero con los que se quedan creo que sí lo consigo.
¿Cómo calificaría la enseñanza en la UMA actualmente?
Creo que la UMA no tiene un buen nivel. Hablo desde mi experiencia. No quiere decir que no haya gente buena, ni que no haya titulaciones o profesores que en casos aislados lo hagan bien. Pero en general me parece que el nivel es muy bajo. Esa es mi opinión y me duele decirlo porque soy parte de esta universidad, pero no tengo una venda en los ojos.
¿En qué ha cambiado esa enseñanza desde que era estudiante universitaria hasta ser profesora?
(Suspiros). La enseñanza universitaria ha cambiado en tantas cosas que me sería difícil resumirlo, pero desgraciadamente no ha mejorado mucho, incluso no sé si me atrevería a decir que ha empeorado. Esto es opinable. Ha empeorada en unos aspectos y probablemente ha mejorado en otros. Tenemos un profesorado que se dedica más, que trabaja más, pero no se abandona, hablando de Derecho, la antigua enseñanza memorística, de clase magistral. Aquí en este centro hay profesores que dictan apuntes en clase. ¿Pasaba eso cuando yo estudiaba? Pues sinceramente no. Que conste que tengo mal recuerdo de mi etapa universitaria y por eso me dedico a esto, por la frustración tremenda que sufrí como alumna universitaria, y creo que las cosas no han mejorado. Han transcurrido 30 años, el esfuerzo económico que se ha hecho con la universidad es muy amplio, el sistema ha producido alguna cosa buena, como que se ha abierto la universidad a grandes capas de la población donde antes no llegaba la enseñanza universitaria, pero eso no lo es todo. Si eso va a significar que estamos bajando el nivel, pues creo que lo estamos haciendo mal.
¿Qué aspectos cree que tiene que mejorar su departamento?
Muchísimos, como todos los departamentos de la UMA. Aquí somos muy ineficientes porque hay una burocracia tremenda. La gestión no es eficiente. Probablemente no es culpa nuestra, sino de lo que el sistema nos exige. Hay mucho trámite para todo, mucho papeleo. Una de las cosas que tenemos que mejorar es la selección de profesorado, la coordinación entre los distintos profesores que imparten una misma asignatura, porque con lo contrario perjudicaría al alumno. El alumno está sufriendo la falta de coordinación que existe en los departamentos. La lista de cosas que podemos mejorar sería interminable (ríe).
¿Y la facultad de Derecho?
Tenemos que mejorar en aspectos organizativos, en la calidad de nuestra enseñanza, en la atención que recibe el alumno. Pero claro, esto también necesita una cosa que no tenemos: hay que reducir el número de alumnos. No hay otra. Con el número de alumnos que estamos trabajando demasiado estamos haciendo. Es como el hospital que tiene muchos pacientes, o me reduce el número de pacientes o yo no puedo darle mejor asistencia.
¿Los alumnos universitarios salen preparados para el mundo profesional una vez terminado el Grado/Licenciatura?
No. Absolutamente no. Y podrían salir. No es imposible que la universidad prepare adecuadamente a sus estudiantes, sinceramente se puede hacer. Lo que ocurre es que eso es labor de un equipo y aquí, y ese es otro de los grandes problemas de esta facultad, no se trabaja en equipo, me refiero a los profesores. Y un profesor solo o aislado no puede conseguir el resultado.
¿Cuáles son los puntos flojos de la educación superior actualmente?
La diversidad de planes de estudio, nos ha traído consecuencias más negativas que positivas. Esa es una de las consecuencias de nuestros puntos débiles. Otro punto débil, la selectividad. El examen de selectividad no funciona. Llegan a la universidad personas que no tienen las competencias necesarias para unos estudios universitarios.
¿Qué opina sobre las encuestas que la Universidad realiza a los alumnos para que valoren a los docentes? ¿Confía en ellas? ¿Cree que es un buen método para evaluar a un profesor?
Entiendo que se hacen en el momento inadecuado. Me voy a explicar. Yo querría que alguien estudiase la relación que existe la calificación que obtiene un profesor y el número de suspensos que ese profesor tiene. Creo que nos encontraríamos con la desagradable sorpresa de que a mayor número de aprobados y más benevolencia por parte del profesor, mejor calificación. Y creo que no ocurriría lo mismo si la encuesta se hiciese un año después cuando ya el profesor no tendría que valorar al alumno. La idea me parece buena, pero no como la llevan a cabo. Esto significa que voy a poner muy mal a los alumnos, pero lo siento mucho. No son objetivos, no responden bien. Y te pongo un ejemplo sencillo. Un dato tan objetivo como la puntualidad o la asistencia a clase, yo recuerdo cursos completos en los que ni un solo día he faltado a clase y un porcentaje de alumnos te dice que no asistes a clase. ¿Qué hay detrás de esa respuesta? Un deseo de fastidiar al profesor. Es importante que el alumno haga bien su tarea. Yo tengo la sensación de que se hacía mejor hace ya muchos años. También si la asignatura tiene cuatro meses de clase es imposible hacer la encuesta cuando llevas dos porque así no evalúas al profesor.
¿Cuál es su posición frente a los recortes en educación?
Creo que recortar la inversión pública en educación es tirar piedras sobre nuestro propio tejado. Lo peor que puede hacer un país, incluso si está en crisis, es recortar en educación. Porque el futuro de un país está en la educación. Y sabemos que hay muchas cosas que se pueden recortar antes que la educación.
¿Ha notado mucho estos recortes?
Bueno, todos lo estamos notando mucho. Yo personalmente quizás no tanto. En el tema económico como todos, pero en el tema del trabajo si noto una sobrecarga. Pero tengo que ser sincera, esto no creo que venga por los recortes, sino por la experimentación con el plan Bolonia. Lo que a nosotros nos ha sobrecargado de trabajo es el plan Bolonia. Lo que sí existe es una mayor desmotivación porque tenemos más trabajo y menos compensación económica.
Entonces, ¿piensa que el plan Bolonia no ha contribuido a mejorar el sistema educativo?
Yo pienso que no. El plan Bolonia sobre papel tenía muchas cosas positivas, lo que ocurre es que creo que en España no hemos aplicado bien el plan Bolonia. Hemos hecho una chapuza y lo siento por los jóvenes que están estudiando ahora, pero pienso que van a salir peor preparados de lo que lo estaban sus compañeros de años anteriores y por tanto, eso va a contribuir a que la valoración social sobre los graduados universitarios sea peor, y eso no conviene a nadie.
¿Qué opina de la nueva ley de tasas judiciales y de las últimas reformas en esta?
Opino como la mayoría de los ciudadanos españoles, que producen indefensión a los ciudadanos. Estoy en total y absoluto desacuerdo con ellas. En cuanto a las últimas reformas, me parece que es un caramelito para consolar al ciudadano, es insuficiente. No puedo decir que sea una mala iniciativa, pero me parece que se queda muy corta. No basta con excluir eso, hay que replantearse en términos generales toda la cuestión de las tasas judiciales. Lo que pasa es que estos dos supuestos eran ya casos sangrantes que no podían dejar pasar. La ciudadanía está muy revuelta con toda lógica.
¿Cómo ve el sistema judicial de España?
El descontento de los ciudadanos con la justicia es muy conocido. Yo lo comprendo, pero también es cierto que no creo que se pueda considerar que es responsabilidad de los jueces. Los jueces son unos profesionales en la mayor parte de las ocasiones muy válidos que se ven desbordados por una gran cantidad de trabajo y que no siempre cuentan con los medios necesarios para hacerlo posible. Entre los jueces hay de todo, como en todas las profesiones. El descontento del ciudadano es lógico. Yo entiendo que por una parte hacen falta más recursos humanos, y por otra parte una mejor gestión de los recursos, pero es que ese es el mal de este país para todo. La universidad está mal gestionada, la justicia está mal gestionada, seguramente sanidad también esté mal gestionada. En este país me da la impresión de que no somos buenos gestores y que hay una tasa de ineficiencia elevada.
Para resolver los problemas que tiene la justicia yo creo que hay que oír más y hacer más caso a los que trabajan en eso. Y bueno, esto ya es un poco meterme con el Ministerio de Justicia que no lo está haciendo. Me da pena, porque conozco a jueces que trabajan bien y que no merecen esa apreciación social que se tiene de ellos y de su trabajo. Pero a los profesores también nos pasa lo mismo. Eso es así.
María Luisa Moreno-Torres: "Creo que la UMA no tiene buen nivel",