En dos años no he logrado meter una sola broma que no quede forzada. También ando un poco perdida en varios aspectos formales de la redacción de noticia -no todo el monte es orégano, incluso la libertad tiene normas- y he vivido completamente despreocupada de los plazos y tiempos de entrega. Algún videorreportaje, unos pocos de artículos (que debieran haber sido más) muchas redes sociales y bastantes más de una discusión porque sí, porque tú eres libre pero tienes que hacer tu trabajo.
La casualidad ha querido juntarnos a todos en el mismo sitio, que se nos ofreciera entrar y aceptáramos a sabiendas que era trabajar gratis y que muchas veces no iba a ser agradecido. Qué mejor manera de empezar. A base de golpes, he aprendido a aceptar críticas. Y que los errores es fácil subsanarlos pidiendo perdón y rectificando a tiempo. Que las peleas dentro; que todo quede en casa y que si tú no defiendes el trabajo de tus compañeros aunque no estés de acuerdo no mereces que otros defiendan lo tuyo. Ha habido altibajos, desganas y ganas de dejarlo todo. Tampoco nos lo han puesto fácil siempre- que más bien quiere decir que han empezado a ponerlo fácil cuando ya no quedaba más remedio- pero ha salido y lo hemos hecho solos.
Que hayamos dado mucho que hablar justifica para mi cualquier palabra que se haya escrito de más. Estos últimos meses demuestran que no es solo un proyecto entre amigos, que repetir eternamente ‘no es un blog, es una revista’ ha merecido la pena. La suerte también sonríe. Hemos llegado a mucha gente y hemos sido útiles. No se trata solo de dar voz a quejas ni criticar cosas que estén mal; además de información incómoda también ha visto la luz alguna que ha ayudado mucho y que es el motivo de que parte de la comunidad universitaria nos vaya a echar de menos. Hemos escuchado a todos, hablado de lo imprescindible e intentado no perdernos nada. A veces los límites que nos imponen el tiempo y la carrera se han superpuesto con la libertad, complicando el trabajo. No es fácil saber qué decir y hacerlo bien y si no lo hemos conseguido siempre, todos y cada uno de nosotros lo hemos intentado hasta el último momento.
Mis compañeros se gradúan, acaban la carrera y La Taberna Global echa el cierre para siempre. Que irónico que vayan a cambiar lo que ha sido su vida -de unos más que de otros- por un papel que simplemente testifique lo que ya llevan siendo varios años. Todos llegamos aquí sabiendo que el periodismo estaba muerto y Javi, Alberto y todos los demás han conseguido demostrar a una ciudad, y en ocasiones a mucho más público, que la única manera de resucitarlo son las ganas. Sin dinero y apenas tiempo nos han reunido a todos y han conseguido movernos y enseñarnos a movernos solos de manera coordinada, más de lo que consiguen cuatro años de carrera.
Se cierra una puerta para abrir decenas, para abandonar la cómoda vida del estudiante que defiende sus ideas por tuiter y vivir mano a mano con la precariedad. Pero la generación que ahora sale a las calles es tan brillante que el tiempo hablará por si solo; si han hecho esto con una web ¿qué van a hacer con el mundo?
Gracias por la oportunidad y por habernos leído. Para mi también ha sido un placer.
El placer ha sido nuestro pero la suerte ha sido vuestra,Acerca de Marieta Rosa Sánchez
De esas personas guapas que hacen que aunque seas listo parezcas tonto. Vosotros pensáis; yo escupo. https://twitter.com/maarieetaa