En poco más de 48 horas comienza la temporada oficial del Unicaja. El conjunto malagueño luchará por volver al lugar del que nunca debió salir. El proyecto 2013/14, con Plaza a la cabeza, deberá cumplir lo que sus aficionados le piden, competir.
Temporada nueva. Mentalidad nueva. Eso pensarán los aficionados que visiten el Martín Carpena a partir del domingo. Ese es uno de los problemas que ha tenido el club en los últimos meses y que, con una buena campaña de abonados, quieren evitar. La desbandada. Con unos precios económicos, más para los estudiantes de la UMA, el Martín Carpena debe ser lo que fuera hace ya un tiempo, un auténtico fortín en el que “empiezas diez a cero” como reza el entrenador cajista.
El déficit de tirador del año pasado (Simon tuvo que hacer ese papel la pasada temporada) se ha menguado. Este año, con el fichaje de Ryan Toolson. El norteamericano llega desde las islas afortunadas para ser el referente ofensivo exterior de los verdes. Los malagueños quieren a un jugador que se acerque al rendimiento del último gran escolta, Marcus Brown.
El otro brote verde de la plantilla es Nik Caner-Medley. Tras un año decepcionante en Tel-Aviv, el ala-pívot quiere reivindicarse en Málaga. Sus años en España le avalan para ser la estrella de este equipo. Él asume su rol de líder natural y Plaza confía en que éste sea su año.
Pero sin duda, el que más simpatía se lleve de la afición será Vladimir Stimac. El serbio ha sido el último de los numerosos fichajes de este verano. En el Eurobasket, en el que apenas participó, se vio su condición de toallero y agitador en el banquillo, al más puro estilo Darren Phillip. Cogerá el testigo de Zoric en cuanto a incitar a los asistentes a animar a su equipo.
Este año, a priori, será el de la reivindicación. Pero también lo era el año pasado. ¿La diferencia? Miren al banquillo.
Acerca de Javier García Márquez
Sí, soy el hijo secreto de Gabriel García Márquez. Baloncesto en La Taberna Global y en La Cumbre Deportiva.