El conjunto alicantino se impuso en un partido insulso con un gol de Hernán Pérez en el tiempo añadido. Quizás el empate hubiese sido el resultado más justo, pero la expulsión de Kameni expolió a los locales que terminaron remontando el encuentro. Los tres puntos son un bálsamo de oxígeno y tranquilidad para el equipo de Lotina que ve alejarse los fantasmas del descenso.
El envite, flojo por ambos bandos, estuvo exento de ocasiones de peligro. La disputa del balón en el centro del campo 
destacó a Senna y Camacho comos los mejores de sus equipos. La intermitencia del juego y las imprecisiones en los últimos metros definió el encuentro.
Tras una primera parte para olvidar, el Málaga asumió el peso del encuentro, aceleró la circulación del balón y sus ataques, más profundos y verticales, evidenciaron las carencias defensivas del Villareal. Así fue como Cazorla recibió un balón solo en el borde del área y batió a Diego López con suma facilidad.
Con el 0-1, Pellegrini comenzó el carrusel de cambios para dosificar esfuerzos de sus jugadores y, a su vez, tratar de dormir el encuentro. Pero, a falta de diez minutos para el final, Kameni arrolló a Hernán Pérez en una mala salida al saque de una falta. El portero camerunés cometió un penalti infantil que dejó a su equipo en inferioridad numérica. Senna no perdonó y firmó las tablas en el marcador.
Cuando el partido agonizaba, ya habían transcurrido casi los cuatro minutos de añadido, Hernán Pérez cazó un balón suelto en la frontal del área y marcó el 2-1 final. El joven paraguayo aprovechó un mal despeje de Rubén en un córner para sellar la remontada de un Villareal que anoche dio un gran paso hacia la salvación.
