Ni el rival más potente del grupo pudo llenar las gradas del imponente José María Martín Carpena. Un Carpena que poco a poco debe no dejar hueco alguno a mediados de temporada con el juego vistoso de los de Repesa. Sin embargo, el Maccabi fue superior a los malagueños.
Enfrente estaba el todopoderoso Maccabi de Tel Aviv, un histórico de la competición que se postula como uno de los grandes favoritos a alzarse con el título el 12 de mayo en el O2 de Londres. El mismo O2 que ha visto el mejor partido FIBA de la historia.
Unicaja comenzó bien con 5 puntos de Calloway, que no se pareció en nada al del pasado domingo. Al base búlgaro se le vio más centrado en el juego aportando puntos y sobriedad. El partido vislumbraba un partido tenso, igualado hasta el último minuto. Pero el Unicaja no está hecho del todo. Una pájara en los 4 últimos minutos, parecida a la vivida instantes antes del descanso del domingo pasado, hizo que el conjunto macabeo, acertado desde el tiro exterior, pusiese una máxima renta de 8 puntos (20-25). Un triple de Urtasun cerraba el marcador con un 20-25 favorable a los visitantes.
Seis minutos más duró el apagón malagueño. El Maccabi movía la bola con suma facilidad, encontrando los huecos de la defensa malacitana. Logan, con dos triples consecutivos, era el estilete de un equipo que nunca da un partido por perdido, con su entrenador, David Blatt, como máximo exponente. El ruso-americano es uno de los mejores entrenadores del continente y temporada a temporada lo demuestra.
La entrada en cancha de Calloway por Williams dio más solidez defensiva y equilibró las fuerzas. Unicaja empezaba a jugar. La diferencia iría disminuyendo poco a poco en el marcador, merced a los puntos de Simon y Urtasun. Los macabeos se fueron al descanso con 11 puntos de ventaja (36-47).
Si alguien creía que el partido iba a cambiar tras el descanso… estaba equivocado. En la primera jugada Zoric perdió el balón y cometió una antideportiva que alejó más el marcador. El problema de las falta se acrecentaría en los pívots, con Vázquez, Gist y Zoric con 3 faltas en el minuto 21.
Sin embargo, el destino tenía preparada otra cosa. La 4º falta personal de Zoric, muy discutida por el público, acrecentó la fuerza de Unicaja, que conseguía ponerse a 8 puntos tras perder por 13 en el tercer cuarto. Zoric no volvería a entrar. A 5:48 para el final del último cuarto, y tras haber puesto un gran tapón, los árbitros le pitaron la 5º falta, falta de cuerpo.
Unicaja se acercaba, se puso a 2. Entonces, otra antideportiva más (tercera) y una posterior técnica además de una falta de 3 tiros le dio al Maccabi 7 tiros libres. 8 de ventaja. ¿La suficiente como para ganar? No. El público mostraba su ira contra el trío arbitral. El banquillo no se lo creía. ¿Era premeditado? Nadie lo sabría. El conjunto local no se dio por vencido, llegando incluso a empatar el partido.
Pero el conjunto israelita salió enchufado desde el 6’75 en el último cuarto. Los macabeos volvieron a irse a 10 puntos, haciendo casi imposible la remontada malagueña. Sólo el pundonor de Calloway mantuvo vivas las esperanzas locales, pero los tiros libres decidieron la suerte. La victoria iría para Israel.
Acerca de Javier García Márquez
Sí, soy el hijo secreto de Gabriel García Márquez. Baloncesto en La Taberna Global y en La Cumbre Deportiva.