El centro de Málaga fue arrasado el pasado jueves 29 de marzo por una gran multitud, encabezada por los sindicatos mayoritarios, que pedía a gritos el freno de la reforma laboral impuesta por el gobierno. Por primera vez en mucho tiempo, una gran cantidad de partidos políticos secundaban la huelga, estando presentes en la manifestación. De este modo, la gran mayoría de los partidos y colectivos de izquierdas (CJC, EQUO, IU y PCPE) portaban su pancarta particular. Exactamente. El PSOE no estaba. Por qué será.
El anuncio de que otras huelgas y movilizaciones podrían suceder a ésta si antes del 1 de mayo no hay un intento de negociación por parte del Ejecutivo parecía ratificarse en los testimonios de los manifestantes: “Si hay que hacer otra huelga se hará. Hay que luchar constantemente para conseguir el objetivo, que es que se mire por los trabajadores, porque nosotros no tenemos porqué pagar esta crisis”, decía María.
El recorrido de la manifestación más concurrida en mucho tiempo de Málaga fue, cuanto menos, extraño y corto. La marcha partió de la Alameda de Colón, la cual ocupaba entera, y bajó la Alameda Principal para terminar en la antigua sede de Correos, la cual fue tomada por los manifestantes como si de la misma Bastilla francesa se tratara. Cabe destacar que el edificio está abandonado desde hace años.
Sin embargo, la ruta parecía terminar en un lugar clave: justo enfrente de El Corte Inglés, el gran centro comercial por excelencia y símbolo del capitalismo opresor, que seguía abierto y que había estado custodiado por la policía durante toda la manifestación. Las inmediaciones del edificio, que estaban valladas, custodiaban al gran gigante del consumismo. La Taberna Global tuvo el privilegio de acceder al interior de éstas gracias a la honorable táctica de saltar vallas y de llegar al lugar media hora antes de que se monte el follón. Lo de estar en el momento y en el lugar indicado está sobrevalorado.
La policía, con escudo antidisturbios en mano, se mantenía impasible ante una multitud que gritaba enfurecida. “Dejadnos entrar, queremos comprar”. El dicho “Te crees que la policía es tonta” nunca había tenido tanto sentido, y parecía que los perroflautas no se habían percatado de que había otras posibles entradas para acceder al recinto comercial.
De repente, y tras un breve forcejeo, una manifestante consiguió entrar al recinto y sentarse en forma de protesta junto a los policías. A lo largo de unos pocos minutos, otras personas se unían a la protesta, llegando a ser hasta veinticinco peligrosos sujetos sentados en círculo. Ante la excesiva presencia policial frente a El Corte Inglés, Manuel Ferrer, secretario general de UGT de Málaga, opina que la policía “ha hecho su trabajo, pero creemos que tenía instrucciones excesivas que creemos que no se atienen a lo que es un estado democrático. En El Corte Inglés han montado un cordón policial y están registrando los bolsos de todas las personas que pasan por allí, vayan a entrar o no al centro comercial”. Por lo que La Taberna Global ha podido saber, el piquete no pudo ser llevado a cabo con éxito, ya que la masa enfurecida de malagueños indignados no pudo acceder, finalmente, al centro comercial. El gran gigante gris sigue imperando el centro de Málaga, esperando, imperturbable, a que otros manifestantes vuelvan a intentar cerrarlo por la fuerza. Pensadlo bien. Un edificio os vacila.
La manifestación del 29M termina con un intento de toma de El Corte Inglés,Acerca de Isabel Bellido
Choni letrada. Último curso de Periodismo en la UMA. Escribo en La Taberna Global y en El Observador, y llevo dos veranos juntando letras también en Diario SUR. Aunque allí soy un poco más formal.