Pasaba la manilla larga del número 8 en el reloj cuando empezaba la inauguración de la vigésima segunda edición del Fancine. Música, colores, baile y mucha puesta en escena daban entrada al festival universitario. Bueno, en realidad no. La crisis hizo que la gala se vistiera de negro y los asistentes tuvieran que abrir muy bien los oídos. Porque la música fue la protagonista de la noche.
Mientras en el palco principal las grandes autoridades malagueñas comentaban por WhatsApp lo bonito que estaba el Teatro Cervantes, la Orquesta Sinfónica de la Excelentísima Diputación de Málaga (ni más ni menos) y el Coro de Ópera de Málaga abrían la noche del 22 de noviembre con la famosa Carmina Burana: O fortuna de Carl Orff. Que así de primeras no dice nada, pero al escucharla todo el mundo reconoce tenerla en su reproductor de música.
A pesar de que en la página oficial del festival de cine fantástico de la Universidad de Málaga se comentaba que las entradas estaban agotadas, a lo largo de toda la velada se observaron numerosos asientos vacíos. Nunca sabremos si ha sido fallo de la organización o que los “culturetas” prefirieron salir de botellón.
Cuatro estudiantes de la UMA se encargaron de presentar la gala, intercalando sus apariciones con temas de bandas sonoras bajo la dirección de Arturo Díez Boscovich. Pablo Gormaz y Juan Velasco, altos y desgarbados, parecían perderse en sus trajes. Paola Bandera y Sonia Vargas dieron el toque de “piernas” a la noche. Toques de humor fácil y previsible en un discurso correcto. Y, como si de una sesión de cine de los años 20 se tratara, la orquesta daba los toques sonoros.
Tras el típico tuuuuuutuuuuutututuuutuuuutututuuuuuuuuuuuuutuuuuuuuuuuuuuutuuuuuuuuuuuuutututu de Universal Studios, se daba paso a Fernando Cañas, director del Fancine desde hace tres años, y a una señora rubia que brillaba cuan diamante que resultó no ser la rectora, y que informó a los presentes que Adelaida de la Calle se encontraba fuera del país.
“Recortad todo lo que queráis, pero nunca descarguéis el peso de los recortes sobre la actividad cultural de una universidad pública”, aclamaba Cañas sobre la disminución de presupuesto que el festival ha tenido este año. Aunque el nuevo aulario de Comunicación ha tenido menos. Pero como no es cultura, no importa. El director del Fancine también declaró que la “apuesta básica” del festival es la imaginación e inventiva: “Fancine es un curso de creatividad”.
Tras una breve reflexión sobre el cine y su música a lo largo de los años, la Orquesta volvió a tomar protagonismo, esta vez con el inconfundible comienzo de las películas de Star Wars, dando paso al vídeo presentación del Fancine 2012, el cual destacaba todas las películas, cortos y concursos que tendrán lugar a lo largo de toda la semana. Un programa un poco pobre, cargado de películas pero sin tantas actividades como se han presentado en otras ediciones. Y es que la crisis, aunque no lo parezca, ataca.
Al final, la mancha negra de destellos dorados que ocupaba el escenario guió el resto de la noche a través de películas como Desafío Total o temas compuestos por el propio director de la Orquesta, Arturo Díez Boscovich, como el tema principal de la serie Frágiles. Quienes otros años han escuchado sus creaciones, distinguían rápidamente los toques mágicos y suaves que el compositor da a sus temas. La segunda parte del concierto de bandas sonoras supuso un homenaje a la música de John Williams en la saga de Star Wars, durante la que disfrutaron tanto jóvenes como ancianos, perroflautas y conservadores. Porque Star Wars une.
Arturo Díez Boscovich trae energía, fuerza, sudor y locura cada vez que pisa el Teatro Cervantes de Málaga. Y con tal broche de oro, queda inaugurado el Festival de cine fantástico de la Universidad de Málaga.
Acerca de Sara Brox
Estudio en Hogwarts, pero estoy de Erasmus en Málaga. Fotos, dibujos y lo que me echen. Soy la que más cobra aquí. Tengo un perro.