Emprender está de moda, y todo el mundo puede hacerlo siempre que tenga una gran idea. Y dinero xd. Consciente de ello, la Universidad de Málaga reúne por primera vez a los ‘Proempresarios’, un taller donde jóvenes reciben orientación para crear sus empresas.
El programa Proempresarios comenzó el pasado seis de marzo. Ya estamos a mediados de abril y los múltiples proyectos de los alumnos de este taller (que organiza el Servicio de Cooperación Empresarial y Promoción de Empleo de la Universidad de Málaga) ya se preparan para afrontar una ronda de tutorías de cara a una exposición final que tendrán lugar frente a agentes de desarrollo empresarial.
En eso consiste Proempresarios. Es, según aclaran en su propia página web, “un programa de formación para emprendedores universitarios”, en el que el docente reduce su rol en el de proceso al de “formación, apoyo, asesoramiento y de propuesta de retos”. Tras sesenta horas de formación y veinticinco de dedicación al proyecto, LA TABERNA GLOBAL ha visitado el taller para conocer algunas de las propuestas empresariales. Aunque nadie se animó a plantear un rascador electromagnético, esta revista ha pulsado algunas propuestas interesantes. Por ejemplo, un estuche para botellas de vino. No, en serio, la idea está bien. Seguid leyendo.
Que la idea esté chula lo puede asegurar Adrián Pérez. Su proyecto, Nozon, es precisamente este estuche “de lujo” para botellas de vinos, que los paladares más exquisitos (eno)lógicamente hablando podrán apreciar. Al parecer, el artilugio (el estuche, vaya) se encargaría de mantener el caldo en las condiciones de temperatura óptimas para su transporte. Casi ná. Pérez estudia una ingeniería y cumple el perfil medio del alumno de Proempresarios. Aquello está plagado de ingenieros.
Por ejemplo, es el caso de Innovate Cares. El proyecto lo trabajan dos personas que se conocieron precisamente en la Escuela Técnica Superior de Ingenierías tras cruzarse en una asignatura. Este proyecto, cuyos artífices dicen que se pronuncia “inoveit quers”, ofrece la posibilidad de monitorizar enfermos crónicos mediante aplicaciones de diversa índole, destinadas eminentemente a los hospitales privados como potenciales consumidores del producto. Otro proyecto made by ingenieros es el de Manuel Tortajada, que trabaja, por su parte, en desarrollar una idea que a quienes hayan visto el segundo capítulo de la serie británica Black Mirror les sonará: aprovechar la electricidad que se genera en las máquinas de un gimnasio. Al fin tu grasa servirá para algo, gordo.
Es evidente que tras este programa la UMA oculta su tácita intención de crear una asociación de víctimas del proletariado umeño, al que podrán acudir los más exaltados (aquellos a los que les duelen la cara de ser tan GRAPOs!!!!!!!!!!!) para divertirse jugando a clásicos y populares divertimentos como “la caza del burgués” o “las cuatro esquinas de la dictadura del proletariado”.
Pero más allá de estas oscuras intenciones que oculta la UMA, lo que está claro es que Proempresarios sirve de algo. O al menos eso aseguraron sus propios alumnos a LA TABERNA GLOBAL. Si bien confesaron que los primeros días se encontraron con un curso algo más teórico de lo esperado, por lo general están bastante contentos con el asesoramiento a la hora de desarrollar todos los proyectos. Un estudiante explica a esta revista que los docentes evitan en todo momento decir que el proyecto en cuestión no vale, así que si lo tuyo es tener ideas de mierda, puedes ir tranquilo, que no te van a minar el ánimo. Los mismos estudiantes aclaran que eso no significa que los docentes no sean exigentes. Según explican, el profesorado del programa procura, en todo momento, sacar los máximos defectos posibles a cada proyecto para pulirlos al máximo.
Y no les va mal. Porque aunque eso está plagado de ingenieros que el día de mañana serán carne de anticapitalistas, también hay otros proyectos que incluso se presentan a concursos de emprendedores, como el caso de Irene Manzanares. Esta no es ingeniera, es ambientóloga (para el caso es casi lo mismo, solo que no es una ingeniería xd). Manzanares plantea crear un juguete educativo y ecológico. Y lúdico. Y comestible. Bueno, eso no. Manzanares le ha echado ganas, corajes, cojones y ovarios al asunto y se ha presentado AL CONCURSO ESTE ASÍ QUE VOTADLA O LO QUE TENGÁIS QUE HACER PERO YA VENGA VAMOSSS.
Si quieres saber más del programa Proempresarios, pincha aquí. Habrá que esperar un tiempo para saber si la universidad se anima a repetir otro año más esta experiencia para crear en Málaga un Silicon Valley de verdad. Un Espeto Valley.
