La estética del Festival de Cine Fantástico de la Universidad de Málaga, al igual que el vino, mejora con los años. 23 ediciones y 23 carteles que sorprenden a cualquier creativo.
La esencia permanece, pero la forma cambia radicalmente, menos mal. Algunos carteles pueden causar indigestión a las personas que tengan un mínimo sentido de la estética. Después de 23 ediciones, se podría decir que la fermentación y la maduración del Fancine han dado su fruto. La apariencia actual es moderna, simplista, hipster. Vaya, pa’ enmarcarlo y ponerlo en la pared de tu cuarto. No obstante, siempre existe alguna uva podrida. Como la de este año, que ha empujado al festival a defenderse de la acusación de plagio por parte de un artista granadino. Pero de eso ya hablaremos más tarde. Retrocedamos en el tiempo.
Primeros pinitos
Los primeros carteles se hicieron con toda la buena intención, pero ese fucsia, ese verde fosforito… ¿Por qué zeñó, por qué? Quién sabe, puede que hace tantos años no dañasen la vista y que los jovenzuelos se vieran hechizados por estos colores. Donde no hay perdón de dios es en la tipografía. Esa fuente gótica, de pergamino, no tiene ningún sentido. Le falta el sello rojo de lacre. En cualquier caso, siempre podría estar peor. Podrían haber utilizado la fuente tan temida por los diseñadores: la Comic Sans.
¡¡MIS OJOS!!
Sin embargo, la idea era ingeniosa y creativa, un buen hilo conductor con el que comenzar y ganar fama. La garra verde es un guiño a las criaturas infernales y espeluznantes descritas en las novelas de Derleth y Lovecraft, dos escritores estadounidenses destacados en el género de terror y ciencia ficción.
La consolidación del festival
El evento ha dejado de gatear y ya anda, está totalmente constituido y parece que gusta. Es más, gana bastante popularidad y traspasa los límites nacionales, tal y como se evidencia en el cartel de 1997, una locura. La Semana de Cine Fantástico añade la palabra “internacional”. Algo que, por supuesto, le otorga cierta categoría.
El cartel es la cara visible de cualquier festival y hay que dar buena imagen. Por eso, la UMA puso a José Oyarzábal, arquitecto y diseñador malagueño, a cargo de las ilustraciones. Las obras que le corresponden son 12, desde 1996 hasta 2007. 2007, sí. Parece que a Pepé se le acabó el cuento cuando comenzó la crisis.
Muy de ahora
Los nuevos carteles usan la fotografía y dejan a un lado el dibujo. En esta etapa comienzan a investigar la modificación de la imagen, algo que le da un toque de modernidad. Por ejemplo, el cartel de 1999, si se publicase en la actualidad nadie diría que es de hace más de una década. Por otro lado, el rojo no se verá en ningún cartel hoy día, pero siempre ha estado relacionado con las películas de miedo. Y guste o no, cualquier color es mejor que el rosa fucsia.
A la izquierda, el Teide
Las ilustraciones de lo más diversas y las etapas se distinguen con facilidad. En primer lugar, solo exploraban con los aspectos relacionados con el cine: la tira de la película, el carrete, las salas… Pero a medida que iban pasando los años, la fotografía cambió. El cartel de la 13ª edición no es el Teide, no, sino el Monte Coronado de Málaga, y hace referencia a la creencia de que es en realidad un volcán inactivo. También se aprecian un gato asesino o un tacón lleno de hormigas. La intención es acercarse a la esencia de este festival.
La “renovación” y el “cambio” llegarían tras la modificación del nombre del evento. Así lo creyó la excelentísima rectora de la UMA, Adelaida de la Calle. La Semana Internacional del Cine Fantastico sufrió un serio recorte y pasó a llamarse Fancine. La denominación fue idea del diseñador Oscar Mariné, autor del cartel de la 18ª y 19ª edición, así como de su logo. “Es una palabra que nos diferencia”, dijo Mariné.
Ahora bien, con ello se vuelve a perder su naturaleza, lo que trasmite este festival, el género de terror y fantástico. Tanta letra confunde.
Un Fancine Reserva
La cartelería de los últimos años es totalmente diferente a todo lo anterior. La agencia de publicidad madrileña Tapsa Young & Rubicam es la autora de estas últimas cuatro obras. El estilo es moderno, sencillo y elegante, y cada ilustración cuenta con un objeto protagonista al que se le da total importancia.
Pa tu pared
El gato chino de la buena suerte se transforma en asesino y ese movimiento de su brazo lo convierte en un arma letal. La agencia se empleó a fondo y no solo se movió por las redes sociales, sino que también realizó un spot en el que el gato asesino era el actor principal. En la edición 21 les tocó el turno a los superhéroes, personajes olvidados hasta el momento y que ese año tuvieron tiempo de recrearse, mientras que en el festival posterior el guionista fue la clave. El eslogan era: “Para hacer cine tendrás que poner el alma”.
El corazón partío se ha convertido en la uva podrida de la cosecha. El pintor granadino, Juan Vida, acusó a la agencia publicitaria de plagio. Y, la verdad, el parecido es indiscutible (juzguen ustedes mismos). La UMA cree que ha sido pura casualidad. La vicerrectora de Extensión Universitaria, Chantal Pérez, expresó la semana pasada en el en el programa universitario de Onda Azul que “poner un corazón representando el amor no es ninguna idea novedosa. Ni por nuestra parte, ni por parte del otro artista. Probablemente Cupido nos tendría que denunciar a todos”.
Fancine, antes NO molabas. Es de agradecer el gran cambio, si bien es cierto que la imagen viene supeditada a la moda de cada época y, por supuesto, ahora todo el mundo es hipster. Hasta el propio festival. No me sorprendería nada si en el próximo cartel apareciera un bigote o un cassette. Mi propuesta es fácil y ahorraríamos en gastos. Volvamos al comienzo, al Paint (los primeros carteles parece que se hicieron con ese programa). Le podríamos encargar un cartel a Josemi te lo pinta. Por proponer…
El Fancine y el vino tienen algo en común,
Acerca de Beatriz Álvarez
Estudiante de Periodismo en la UMA. Por poco tiempo...
