La UMA coloca futbolines en varias facultades mediante una empresa que destina el dinero a fines benéficos. Los universitarios no ejercitaban tanto el brazo desde aquella vez que un grupo de tunas realizaron un desnudo integral en la Biblioteca General.
Atención, umeños: justo cuando pensábais que los horarios de este año os obligarían a renunciar a vuestra vida social, en Ciencias de la Comunicación, Económicas y Psicología han querido tener un detalle con todos los estudiantes. La semana pasada se instalaron en los halls (halles?) de dichas facultades unos futbolines que podrían dar más trabajo todavía a vuestras muñecas del que le habéis dado al hígado en toda vuestra vida universitaria.
A pesar de la sorpresa generada en los universitarios, La Taberna Global ya preguntó a los alumnos cómo dar uso a las hectáreas de hall desaprovechadas. Entre las propuestas, Alejandro Hidalgo, estudiante de 4º de Periodismo, nos relata su conversación del año pasado con el vicedecano de Infraestructuras de Comunicación: “le propuse que pusiera un futbolín pero me dijo rápidamente que no”, nos comentaba afligido. Sin embargo, a la luz de lo ocurrido, está claro que algo ha hecho cambiar de opinión a los mandamases de la UMA.
“No tendrán aulario, pero verás que futbolín más guapo les vamos a poner” han debido de pensar en el Decanato, tal vez motivados por el visionado de alguna película musical estadounidense. No obstante, Don Manuel Chaparro Escudero, el vicedecano, ha querido dejar clara su oposición huyendo al extranjero y atendiendo desde allí nuestra llamada. “Aquí son las cuatro de la madrugada”, nos decía segundos antes de colgar el teléfono, con voz de dormido. Este medio desconoce todavía el mensaje que quería transmitirnos con estas declaraciones.
La empresa responsable de Futboling ha instalado sus máquinas recreativas en más de catorce universidades, centrándose así en llegar sólo a los jóvenes. No hay que olvidar que esta empresa dona parte del dinero recaudado a distintas ONG como Cáritas, Manos Unidas, Intermon Oxfan, etc. La UMA ha sido la última en incorporarse a esta iniciativa solidaria y adictiva para que todo el mundo pueda jugar y, de paso, destinar su dinero a fines benéficos.
Por parte de los estudiantes, las reacciones no se han hecho esperar: “Me parece de lujo, rompe la rutina y está muy bien para los descansos“, opina Pablo Muñoz, alumno de 2º de Comunicación Audiovisual que piensa que sólo peligraría la asistencia a las clases si jugar fuera gratis. “Mientras cobren no habrá problema ya que los estudiantes no tenemos un puto duro”, apuntaba. Por otra parte, Yaiza Martinez, de 2º de Psicología, se ha mostrado tajante: “Me parece muy mal”, añade, aunque finalmente se ha derrumbado confesando que ni siquiera había visto el futbolín: “Si te digo la verdad aún ni lo he visto porque paso el día metida en el Gerald Brenan”, matiza.
En definitiva, el curso universitario arranca lleno de mejoras y novedades que cuelgan una medalla más a la UMA, que sigue creciendo día a día y haciendo indiscutible su posicionamiento por encima de otras universidades como Oxford, Harvard y Massachussets.
Los futbolines de la UMA, ¿fines solidarios o incitación a la ludopatía?,