Son ocho, pero suenan como dieciséis. Preparados para tocar en su local de ensayo, se colocan en semicírculo mientras acuerdan contestar por turnos las preguntas, aunque las respuestas les represente a todos. Sus instrumentos parecen una extensión de ellos mismos. Dos guitarras, un bajo, un saxofón, una trompeta, un trombón, una batería y la percusión, que engloba desde timbales a platos. O, dicho de otra manera, Pablo Márquez, Juan de la Cruz, Alejandro Cuaxiloa, Alberto Viñolo, Raúl Díaz, Fran Pezzo, Alejandro Granizo y Yura. Ellos son Jammin’ Dose, una mezcla de funk, rock y reggae que ha reunido a músicos de la escena malagueña con mucha experiencia sobre el escenario. Este sábado 5 de octubre presentan ‘Fake Town’, su primer trabajo, en la Sala Trinchera.
Sois ocho, ni más ni menos. ¿Jammin’ Dose es el resultado de la aportación musical de cada uno de vosotros?
Cada uno tenemos nuestro rollito. A unos le gusta más el funky, a otros les gusta más el reggae, a otros el metal… Todo cabe en Jammin’ Dose. Respetamos los gustos de cada uno y los hacemos nuestros. Cada uno tiene sus cosas, su palo y su historia, pero todo eso se va mezclando y, al final, sale lo que sale.
¿Es difícil llegar a un punto en común?
Unas veces es más difícil que otras, pero esta bien discutir las cosas. Está guay que no estemos siempre de acuerdo porque se va puliendo todo, y cuanto más gente discuta, más se pule la cosa.
¿Es Málaga vuestra ‘Fake Town’ que da nombre al disco?
El nombre viene de la primera canción del CD, ‘Month in fake town’. Nos gustó ‘Fake Town’ porque esa canción habla de qué pasaría si viviéramos un mes en falso, si ese mes no existiera. Al terminar ese mes, te darías cuenta de todas las cosas valiosas del día a día. A eso se refiere, a todas las cosas que te pueden pasar y que te puedes perder si no las haces. Esa filosofía siempre nos ha gustado.
Como un ‘Carpe Diem’ hecho canción.
Sí. Nos gustaba tanto esa idea que la quisimos transmitir en la portada y en el nombre del disco. Queríamos algo irreal, surrealista, donde hubiera un paisaje natural que contrarrestara con algo que no estamos acostumbrados a ver.
¿Cómo es ser un grupo de funk-rock en Málaga?
Estamos empezando a vivirlo como una experiencia bastante divertida, original y diferente. Pero Jammin’ Dose es otro concepto. Se trata de mezclar diferentes estilos con una estructura y una historia diferente en cada tema.
Entonces, ¿preferís no etiquetaros?
La verdad es que no. Jammin’ Dose suena a lo que es, a Jammin’ Dose. A una dosis de improvisación. Y aunque quisiéramos etiquetarnos, nos costaría mucho trabajo. Nunca va a ser exacto.
Jammin’ Dose nace como tal en 2009, pero hasta este año no vais a sacar vuestro primer disco. ¿Qué ha pasado mientras tanto?
Lo que ha pasado es que hemos estado un poco paradetes porque ha habido idas y venidas de varios componentes. En 2009 éramos unas personas, después algunos se han tenido que ir, por lo que ha venido gente nueva y cuando viene gente nueva hay que montarlo todo desde el principio. Así hemos estado los últimos años hasta que ya hemos conseguido consolidarnos y sacar el CD.
En Facebook tenéis más de mil seguidores. No suena a grupo primerizo. ¿En qué bandas habéis estado anteriormente?
Somos varios componentes y cada uno tiene su historia y su gente que le sigue. Además cada uno ha estado tocando en varios grupos, por ejemplo Furula, Santos de goma, Sánchez No Te Enganches, Chillango… Todos venimos de un recorrido largo y en el 2012 nos juntamos todos. Esa unión ha hecho que a día de hoy estemos bastante contentos.
¿Por qué Jammin’ Dose es en inglés?
Porque la música que siempre hemos escuchado es en inglés. También en español, claro, pero sobre todo en inglés.
Supongo que Jamiroquai, una de vuestras influencias, tendrá algo que ver en eso.
Jamiroquai es una de tantas. También están James Taylor Quartet o Pink Floyd. En inglés nos suena natural.
Vuestro CD está integro en la red, accesible para todos. ¿Cómo veis la crisis de la industria musical?
Principalmente, nosotros buscamos que la música llegue a todo el mundo. Y eso no se consigue privatizando el CD. Si a alguien realmente le gusta y valora nuestro trabajo, nosotros ofrecemos la posibilidad de que lo compren tanto en Internet como en el álbum físico, pero queremos que los que no puedan o nos escuchen por primera vez tengan la posibilidad de escucharnos. Y queremos que sea completamente legal, y, además, tener la satisfacción de llegar a cualquier sitio por el hecho de que escucharlo sea gratis, y decir: “ese es mi CD”.
Está claro que le dais mucha importancia a la base instrumental, pero ¿cuánta le dais a las letras?
Vamos a ser sinceros, ¿vale? Menos importancia que a la música. Eso no quiere decir que las letras sean una mierda, las letras están guays. No preguntes de qué van porque tampoco nos gusta decirlo. Nos gusta que cada uno se haga su paja mental, y el que quiera y la entienda, que la haga suya.
Siendo tantos… ¿cómo os movéis cuando salís a hacer bolos?
Pues en avión. Unos en primera clase, otros en segunda… (risas). Nos metemos en una furgoneta como podemos, y muchas veces tenemos que llevar además alguno de nuestros coches, porque no cabemos todos con los instrumentos.
Dicen que vuestras puestas en escena son un fiestón. ¿Qué nos espera el sábado en La Trinchera?
Os espera un concierto bastante más preparado de lo que estamos acostumbrados a ofrecer. Es especial, porque es la presentación del disco y hay que intentar hacerlo lo más espectacular y divertido posible. Y, sobre todo, fiesta, bailoteo a tope y todo el mundo pidiendo otra. Llevamos seis meses sin tocar en Málaga y estamos deseando tocar aquí. Hemos estado este verano en Porcuna (Jaén), donde hemos sido ganadores del concurso de maquetas de allí, hemos estado en Jaca, en Granada, en el Sonora… Además, estamos preparando una escenografía muy nuestra, acompañando la imagen del grupo y la portada del álbum. Lo estamos haciendo nosotros, con nuestras manos, y esperamos que salga bien.
Jammin' Dose: "Aunque quisiéramos etiquetarnos, nos costaría mucho trabajo",
Acerca de Isabel Bellido
Choni letrada. Último curso de Periodismo en la UMA. Escribo en La Taberna Global y en El Observador, y llevo dos veranos juntando letras también en Diario SUR. Aunque allí soy un poco más formal.
