Hola, nena.
No se me dan bien las disculpas, así que iré directamente al grano. Creo que a veces no me he portado bien contigo. Te quiero como nadie te ha querido nunca, y a veces me he dejado llevar por mis ganas de verte crecer y he sido un poco cruel. Lo siento. Pero lo último que quiero es que pienses que no aprecio las cosas que te hacen maravillosa y especial. Eres pública y eso me encanta. No, nena, no tiene nada que ver con la prostitución. Me refiero a que tu único objetivo, tu afán, tu vocación, es hacer de nosotros mejores personas. Eres como un trampolín hacia el tejido productivo de la sociedad. Perdona, cariño, que a veces me puede mi vena romántica. A pesar de que a veces te portas un poco mal, tu esfuerzo por mejorar sigue siendo encomiable. Si tuviera que calificarte, preciosa, sería con un PA.
No quiero que pienses que te critico porque te odio o porque no me caes bien. Si sabes que cada noche de estudio me encanta acurrucarme entre tus aularios. Si recuerdo a cada instante con nostalgia rozar mi nariz con tus matojos (de césped). Añoro el día en el que me sorprendiste con tu nueva amiga, la Universidad de Sevilla. Al principio estaba un poco celoso, pero he de decirte que me encantan los tríos era emocionante oíros hablar de vuestros planes de futuro juntas, de todo ese apoyo a investigadores, de las nuevas infraestructuras, de un proyecto ambicioso y potente para adaptarnos mejor a Bolonia. Algunos le llaman furcia, pero yo creo que… ¿por qué no va a liarse con cada banco que pasa? ¿Estamos en un país libre, no? Perdona cielo, que me lío. Algunas de esas promesas que me hiciste al oído aún no se han cumplido, pero si algo define nuestra relación es la paciencia.
Cuando te conocí el campus de Teatinos era como la carretera de Almogía, llena de imperfecciones. Pero poco a poco has ido cogiéndole el truco al maquillaje. He visto cómo limpiabas y acondicionabas tus bajos, y la verdad es que fue un alivio. Ese sótano del Severo Ochoa huele cada vez mejor. He visto cómo dabas cobertura a chicos que estudiaban a la vez que trabajaban, cómo hacías caso a tus ex novios Reforma, Conecta y Eureka e intentabas otorgarnos tiempo entre examen y examen, cómo perfeccionabas el abandono de la Licenciatura. He sido testigo de cómo te rebelabas contra las embestidas de Wert. Aunque no peleaste con mucha intensidad, me excitas cuando te pones guerrera.
A veces lloro en mi soledad junto a mi almohada recordando ver amanecer junto a ti en una biblioteca que abría de noche, llena de libros coreanos (porque a ti te gusta mucho Corea del Sur, que se lo digan a los héroes que se han ido allí gracias a tus relaciones bilaterales). Tiemblo como una hoja al recordar mis dedos inseguros recorrer todas tus… conferencias, tus actos culturales, tus fancines y tus cine jóvenes. Y aunque a veces te pongas tontita en sesión de Claustro, sé que te encanta que luchemos por nuestros derechos, que tus amantes hagan carteles, reivindicaciones y griten megáfono en mano. Amas los mercadillos y hasta te gustan un poco las barriladas salvajes e ilegales. Pero hacerte la difícil es tu mayor pasión.
Hoy, el día de tu cuarenta cumpleaños… bueno, no sé si es hoy, ha sido esta semana o este año, ya sabes lo de mi mala memoria. Muchas felicidades, corazón. Espero que cumplas mucho más, junto a mí, si puede ser. Ojalá nunca olvides que eres la alegría de mi mañanas, la lujuria de mis noches, la institución que le da sentido a mi vida. Te quiero, Universidad de Málaga. Estoy enamorado de ti. Espero que sea correspondido, aunque sólo sea un poco.
Tu amante enmascarado,
La Taberna Global
(L) Para la Universidad de Málaga (L) 1-10-11 (L)A.P.S. tqq!!1!!,