El país de los gabachos vuelve a confiar tras 17 años en el poder republicano-socialista. Así, la izquierda dirigida por François Hollande recupera nuevamente el Elíseo y la confianza de los franceses. Sarkozy teme que Carla Bruni le pida el divorcio tras su fracaso electoral
Francia está viviendo uno de los momentos más importantes de su historia desde que inventaran la tortilla francesa, ávido plagio de la española. Y es que, a pesar de que la pérdida de la derechista y preciosa Marine Le Pen en la primera vuelta de las elecciones francesas conmocionó al mundo entero, lo cierto es que la lucha por la presidencia del país ha seguido sorprendiendo.
A sus 57 años, el copríncipe de Andorra y socialista François Gérard Georges Nicolas Hollande será el próximo presidente de Francia, convirtiéndose así en el séptimo Presidente de la República, el segundo socialista, y el más soso de la historia francesa en unas elecciones cuya rivalidad con Sarkozy recogió la expectación total de la población gabacha. Y la de los profesores de francés en España, tanto los activos como los suplentes.
La cosa es que el triunfo electoral de un candidato como Hollande no lo esperaba ni la madre de éste, porque, para que nos vamos a engañar, la idea de un político serio, que no monta fiestas llenas de prostitutas y no parece tener intención de crear polémica es lo menos gracioso que le podría ocurrir a un país tan triste como Francia, que aun se sirve de la torre Eiffel y los anuncios de quesos para atraer a turistas borregos y llamar la atención. Pero, ¿están seguros los franceses de conocer a su próximo representante?
Se podría decir que Hollande es un Zapatero programado en otro idioma. Un socialista sin pretensión alguna, vaya. Sin embargo, bajo esa máscara de tipo duro y sensual, se esconde la imagen de un chico mimado con una familia que, debido a la gran proximidad y conexión que tenía con la banda terrorista OAS, tuvo que mudarse al norte. En su madurez se evadiría del servicio militar fingiendo tener miopía (mentira que le ha llevado a tener gafas hasta ahora), y, por supuesto, los escándalos sexuales que envolvieron a Strauss Kahn bien podrían haber sido una hábil estrategia de Hollande para eliminar a la competencia de la izquierda.
De momento, las propuestas del que será el presidente de la V República francesa empeorarán la conocida relación con la Alemania de Merkel, que pierde a Sarkozy como confidente, amigo y marioneta política. Hollande pretende “dar una dimensión de crecimiento, de empleo y de prosperidad a Europa” ya que “la austeridad no podía seguir siendo una fatalidad del destino”. Esta promesa preocupa a la Unión Europea, que observará con cautela los primeros movimientos del presidente electo.
La victoria de Hollande en España fue recibida con diversidad de opiniones. El líder de la oposición Rubalcaba celebraba el triunfo del presidente republicano como si el PSOE y él hubieran ganado las elecciones presidenciales. Rajoy, más sombrío, anunció que tendrá que entenderse con el nuevo presidente francés, lo que podría entenderse como una amenaza si le añadiéramos unas tijeras en la mano.
Parece que la “misión” de François Hollande será complicada. ¿Podrá cumplir las promesas electorales y contentar a toda Europa? Es una pregunta retórica.
Muá.
El aburrido presidente Hollande,
Acerca de Nacho del Río
Chico guapo y timido. 21 para 22. Llevo casi 3 años yendo a la UMA sin estar matriculado en ninguna carrera. Colaboro en la sección de Cultura de La Taberna Global.