Desvelamos la verdadera función del espacio expositivo ‘Galeria Central’ tras asistir a la inauguración de su última exposición, ‘Instinto Binario’
La nueva exposición de GC, hasta el 9 de febrero
A lo largo de nuestra historia como medio de comunicación de rigor nunca nos habíamos planteado desentrañar una peligrosa trama de suministro ilegal de alcohol. No nos habíamos imaginado, siquiera, la posibilidad de que un espacio expositivo de una facultad universitaria pudiese convertirse en un discopub o en un circuito de carreras ilegales de vehículos trucados. La UMA lo vuelve a hacer. A pesar de que el gobierno de De la Calle se planteaba reformista (sobre todo, tras el recorte en árboles que aprobó), vemos como el ejecutivo tuerce la cara para evitar toparse de bruces con la dura realidad: la Galería Central es una tapadera en la que los capos de las carreras ilegales malagueñas blanquean todo su capital.
Casi unas 200 personas completaron ayer el aforo de esta galería de oscuras intenciones, que presentó su nueva exposición: “Instinto Binario”. Al evento asistieron muchas celebridades del entente académico malagueño, como Tecla Lumbreras, directora del espacio expositivo; Teresa Vera, vicedecana de investigación de la Facultad de CCCOM; Victoria Gabilondo, también colaboradora de la Galería; José Manuel Peula y Cristina Urdiales, investigadores del departamento de Tecnología Electrónica; Paqui Torres del proyecto SIAMA de la UMA y Daniel Jimenez, de la Escuela Politécnica Superior. Estos fueron algunos de los nombres más sonados del evento de presentación de esta nueva exposición, comisariada por Fátima Solera, alumna de 2º de Publicidad y Relaciones Públicas.
Esta obra pudo con la cerveza y el tinto
En cuanto a la exposición en sí, la jornada fue amenizada por el discjockey (qué vintage escribir la palabra con todas las letras) y videojockey Martín XM, productor del grupo de música electrónica ‘The Stelliumy’. Recibió, eso sí, la ayuda de la cerveza Victoria (gratuita y exquisita), de las exquisiteces del Museo del Vino de Málaga y de las chucherías de Pic&Chik. Tras la ingesta de alcohol, muchos aún tuvieron ganas y agallas de plantarse encima de una bicicleta tuneada con la que se celebraría una carrera ilegal en los pasillos del edificio. Todo este alegato de rebeldía cultural contó, eso sí, con el mecenazgo de conocidas marcas como Sony Málaga, la Delegación de Juventud del Ayuntamiento de Málaga o la propia Facultad de Ciencias de la Comunicación de la UMA.
Los tecnófilos teatinenses estarán de enhorabuena. Los malagueños que vivan lejos de la Fnac también. Ahora el pasillo de la Facultad de Ciencias de la Comunicación (o decadente Facultad de Turismo) está repleto de cacharritos de todo tipo. Desde pantallas con realidad aumentada en la que poder espantar pececitos, pianos virtuales, hasta piezas de ajedrez suspendidas en el aire (colgadas de un hilo, sí). E incluso la bicicleta tuneada con la que se celebrarían las carreras ilegales se expone, en un claro ejemplo de desacato a la autoridad.
El aparato, aún expuesto, parece contar con un ventilador tocho (ya prohibido, de hecho) a propulsión, con el que alcanza los insólitos 50km/h en pasillos que están preparados para la circulación a velocidades no superiores a los 12km/h (velocidad punta del carrito de limpieza). La Taberna Global, comprometida para con su audiencia, ejerció el periodismo arriesgado al que está tan acostumbrada. Conseguimos colar una cámara en la celebración de una de estas carreras en las que se blanquea tantísimo capital. El plano no es el mejor, desde luego, pero para salvaguardar la integridad de nuestro enviado especial (servidor), era necesario pasar desapercibido.
Acerca de Alberto R. Aguiar
Estudio y dirijo todo esto. No quiero acabar en Sálvame.
