Ayer se dio el pistoletazo de salida a la campaña electoral para las elecciones a la presidencia del gobierno y las autovías ya se llenan de gente intentando escapar
Pocas (o ninguna) personas serán las que, a día de hoy, no conozcan quién es Rubalcaba y quién es Rajoy; es posible que alguna tenga dudas sobre Cayo Lara o Rosa Díez y posiblemente casi nadie sepa quién es el candidato de Equo o Los Verdes, por poner un ejemplo.
Si alguien no supiera quiénes son, llenar las calle de carteles no les va a ayudar demasiado “¿”pelea por lo que quieres.”? ¿va a empezar un programa de lucha en la tele o qué?”… pero eso sí, las llenamos.
Queridos amigos, ya ha empezado la campaña electoral. Y sí, después de arduas investigaciones, he llegado a la conclusión de cuál es la diferencia entre campaña y precampaña: efectivamente, la palabra es más corta.
Hay otra diferencia más: ahora tienen permiso para llenar nuestras calles con sus fotos, lemas, y demás promesas que cumplirán a rajatabla cuando lleguen al poder y lo único que hagan sea pensar en nosotros, su querido y amado pueblo.
Porque claro, se les colma la boca hablando de crecimiento sostenible, de ‘no cojáis el coche porque contamina’ pero, cómo dudarlo, no contaminan los miles o millones de carteles que colgarán de nuestras farolas. Porque hay que ahorrar, pero el despilfarro de dinero en su propaganda no cuenta. ¿De verdad es tan necesario? ¿Realmente en los tiempos en que estamos son indispensables TANTOS panfletos, no dejando ninguna farola sin su letrero?
Y, encima, me hacen ver esa falta de ortografía. Permítanme que hable de la campaña del PSOE, porque es de la que más carteles he visto… y permítanme recordarles que los eslóganes, títulos o subtítulos, NO llevan PUNTO al final. Que sí, que es posible que hayan querido enfatizar en que peleemos y punto, pero no es correcto y mis ojitos sufren, ¡un poco de caridad!
¿Resultado de todo esto? Ciudadanos soñando con entrar en una burbuja, desaparecer y no enterarse de nada hasta que llegue el 21 de nov… o no, ciudadanos intentando quedarse sordos y ciegos para no oír ni ver ninguna de esas milongas que les cuentan sus siempre fieles amigos, los políticos. De momento, ayer no había una calle sin su atasco y no, no fue por la lluvia, si no gente intentando escapar.
Acerca de Ángela R. Bonachera
Interesada en todo. Preguntona, curiosa y muy perfeccionista. No paro quieta. De Erasmus en Londres aprendiendo todo el periodismo que puedo.¿Sonríes?