Rosa Díez, ex ministra del PSOE y actual número uno de UPyD, nos enseñó entre otras cosas cómo hacer una entradilla de dos líneas sin decir absolutamente nada.
La Facultad de Filosofía y Letras de Málaga acogió el pasado 29 de septiembre a Rosa Díez González, candidata de UPyD a la presidencia del gobierno. Hasta ahí todo bien.
Media hora antes del comienzo se congregaba en la puerta de la sala una gran masa fucsia (3 personas) expectante por ver a su líder. “Hola, qué tal, soy Rubén”, decía un afiliado (declaración irrelevante) mientras indicaba a los transeúntes por donde acceder al lugar. Entre los invitados podemos destacar al doble de Josep Duran i Lleida y al ex candidato a la alcaldía de Málaga, Marcos A. Paz.
Rosa Díez no recibió muchas preguntas incómodas
Sin duda el hecho más noticioso de la velada era la falta de seguridad de la diputada. Ni un leve registro, ni cacheo, ni detector de metales, ni vaciado de bolsillos. Nada. Y ahí estaba ella, a escasos 10 metros de mí… En fin.
La charla empezó con cierto retraso, lo cual no hizo sino quebrar la confianza de los asistentes: si no es capaz de ser puntual, ¿cómo podría llevar el timón de un país? Afortunadamente no fueron muchos los testigos de ese insulto a la seriedad, pues el salón estaba semivacío. Aún así, se podría decir que en él se encontraba todo su electorado.
Tras una interesantísima presentación a cargo de Juan Jesús Bravo Caro, en la que comentó la importancia de la política como servicio público y no sé qué de que era alumno, una ola de aplausos (entre ellos el de Isa Bellido, colaboradora de La Taberna Global y, en teoría, periodista imparcial) dio paso a la insigne Rosa Díez. Sus primeras palabras no pudieron ser más acertadas: “Entiendo que los que están aquí están interesados en la democracia”. Pues no, señora (¡Viva Lenin!).
“Tal día como hoy, un 29 de noviembre de hace cuatro años, comenzó este proyecto”, comenzó diciendo la ex ministra socialista. La imprecisión de estos datos (realmente UPyD se fundó un día 26) no auguran nada bueno para el país. Tres días por aquí, un milloncito por allá…
En el terreno no verbal, resulta curiosa la forma de gesticular de Díez. Su mano izquierda forma una especie de cúpula inversa que mueve de un ladro a otro de la mesa, como si de un recipiente se tratara. Y con recipiente quiero decir urna. Urna electoral. Pedía el voto con la mano.
Sin embargo, si los asistentes se quedaron con algo es con el lado más humano de Rosa. Expresiones como “¡Coño, pues no les votéis!” y “En realidad les quiero decir ‘No seáis idiotas’, pero es que eso no lo puedo decir porque abriría un telediario” provocaron la risa a muchos de los intelectuales de la sala.
Y ahora un poco de información. Éstos son los tres temas sobre los que versaba la charla. Yo es que no soy muy de exponer en forma de pirámide invertida:
- Hay que modificar la ley electoral. Todos los votos tienen que valer lo mismo. Es inadmisible que el PSOE necesite de media 65.000 votos para conseguir un diputado e IU 480.000.
- Es necesaria una revisión a fondo del modelo territorial del estado, que actualmente es inviable e insostenible. Es necesario eliminar la burocracia y escribir claramente las competencias de cada organismo. Sobran las diputaciones y sobra el Senado. Las CCAA deben navegar en la misma dirección, que es el bien del país, no el propio.
- La democracia ha de ser regenerada, pero UPyD no puede hacerlo sin el apoyo de la gente. Si al 80% de las personas les repugna que haya imputados en las listas, que no los voten.
Acerca de Manolo García
Fui becario en SUR para ganar experiencia y poder trabajar aquí. Ahora mismo no tengo novia, y estaría interesado tanto en una relación seria como en algo esporádico. Mis opiniones no me representan a mí, sino a otra persona. Ahora mismo tengo llamadas entrantes gratis.
