La ignorancia respecto a los símbolos de Internet hace que figuras como el troll se vean desprestigiadas respecto a su modus operandi, sus motivaciones y sus objetivos.
Hace unos días Esteban González-Pons sorprendía a todos en Twitter con una curiosa acusación a RTVE: Según el portavoz del PP, en los informativos la campaña de su adversario político Rubalcaba aparecía con más frecuencia en la televisión de fondo que las imágenes dedicadas al Partido Popular. Sí, como leen. Ahora el PSOE utiliza mensajes subliminales para hacernos olvidar su gestión. La incredulidad y la indignación brotaron en la red social, tanto por parte de palmeros del PSOE como por individuos que piensan por sí mismos, que ejercitan el sentido común y que eran conscientes de la charada. Ante tal avalancha de descalificaciones, González-Pons, en vez de reconocer lo ridículo de sus argumentos, retuiteaba los mayores insultos y se refería a los agitadores como “trolls del PSOE”.
Nunca habría imaginado, cuando hacía los primeros pinitos en los foros, que una persona tan 1.0 como Pons, ejerciendo una profesión tan tristemente aún 1.0 como es la de ser político, utilizaría ese término. Troll. La apertura de Internet al gran público lleva consigo el irremediable cambio de significado de muchos términos. Pero una vocación tan despreciablemente auténtica, tan asquerosamente genuina, no se merece tal consideración. Ver cómo se califica de “troll” a lo que viene siendo de toda la vida un tontolava me entristece.
Los recién llegados a la red, como el portavoz popular o el director de El Mundo, albergan la equivocada concepción de un troll como un individuo que, llevado por sus instintos, recurre al insulto fácil como argumento. Nunca, en más de 20 años desde los tiempos de Usenet, el oficio de troll se habia visto tan devaluado. Lo siento chaval, pero si te dedicas a escribir “@pedroj_ramirez pero ke gilipolla ere xdddddddd puto facha”, no te mereces tan insigne adjetivo, de hecho, te mereces poco más que un capón.
Así se representaba al troll antes de que la mal llamada trollface ocupara su lugar.
El origen de la expresión “troll” proviene, presumiblemente, de “trolling for suckers”, (traducido como pescar incautos, ingenuos). Se trata de personas que, movidas por motivaciones no demasiado honestas, provocan intencionadamente a los newbies que caen en su trampa. Lanzan al aire opiniones no demasiado populares para irritar al foro y conseguir ser el centro de atención de la comunidad. Se hacen valer de todo tipo de artimañas para alimentar el debate: perfiles falsos, psicología inversa… Los usuarios de foros más experimentados, dándose cuenta de la motivación de estos provocadores, crearon la expresión “Don’t feed the troll”, que insta a no seguir el juego a los trolls, ignorarlos y seguir con el curso de la conversación.
Sin embargo, ante esta campaña de desprestigio y manipulación, me veo obligado a decir: Save the troll. La figura del troll forma parte del paisaje 2.0, y merece ser conservada, respetada como tradición inherente al nacimiento de la red de redes. Ser un troll de pura cepa implica tener una serie de virtudes que el insulto nacido de la impotencia y la frustración no puede tener. Implica inteligencia, psicología, talento, humor, saber respetar la línea entre la descalificación y la insinuación. La tosquedad no entra en sus planes, sí la sutileza. El improperio carece de preparación y meticulosidad, es un gesto completamente primario e incluso antagónico a los principios del troll experimentado.
Si usted, querido lector, siente respeto por los símbolos de esta nuestra aldea global, si cuida las tradiciones y venera el humor como forma de vida, difunda este texto. Nosotros, desde la Taberna Global, seguiremos trolleando como mejor sabemos y podemos hacer. No deje que ignorantes maleducados manchen el buen nombre de una especie en peligro de extinción. Save the troll.
Save the troll,
Acerca de Javi Skan
Anarcosindicalista. Igualdad, fraternidad y socialismo. Me duele la cara de ser tan GRAPO. ¡Venceremos! No, es broma. Dirijo este medio mientras hago como que me intereso en mi último año de Periodismo en la UMA. Vuestras opiniones me parecen una mierda.
